¿Cuál es el problema?
Arleth Leal, directora de la firma de recursos humanos Red Ring, atribuye este rechazo a que las mujeres consideran que las medidas a favor de la equidad de género se han trabajado desde hace algunos años y que las cuotas de género fueron percibidas por gran parte de los equipos de trabajo como una imposición.
“Éste siempre ha sido un tema complicado, porque los hombres piensan que los despojan de posiciones y las mujeres pueden sentir que se las están regalando”, afirma.
Por eso, señala, las ejecutivas que son detractoras de las cuota de género confían en que la selección de personal siempre tendrá en cuenta que el perfil contratado pueda cumplir con los objetivos de la empresa, sin tener sesgos de género. Y, aunque no siempre ocurre así, una alternativa puede ser utilizar CV ciegos, un currículo que omite datos como la edad, el sexo, la nacionalidad, la fotografía o el lugar de residencia.
¿Hay directivas a favor de las cuotas?
María Elena Estavillo, excomisionada del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y fundadora de la organización Conectadas, se considera una embajadora de este tipo de medidas. Opina que son una acción afirmativa, es decir, políticas públicas diseñadas para compensar condiciones estructurales que discriminan a grupos sociales que han sido marginados y vulnerados en el ejercicio de sus derechos.
“Que las mujeres rechacen este tipo de medidas es parte de los retos que tenemos todas las que estamos a favor para mejorar la discusión. Puede que para algunas haya cosas más importantes que atender, pero eso es posible porque de inicio otras generaciones de mujeres ganaron derechos para ellas y nosotras, como el mismo derecho de poder trabajar”, afirma.