El análisis constó de una encuesta realizada entre enero y febrero de 2025, en la que participaron 1,910 empresarias tomadoras de decisión pertenecientes a múltiples industrias en México y Centroamérica.
Los resultados muestran que además de la discriminación, también hay limitación para participar en proyectos e iniciativas de alto impacto en la que pueden explorar sus capacidades.
Bajo esa misma línea, en los equipos y funcionamiento de actividades, hay otras situaciones que limitan el desarrollo laboral de las mujeres, como la cultura de competencia extrema, la falta de apertura y colaboración de otros integrantes de la Alta Dirección o la carencia de políticas con perspectiva de género.
Estos mismos problemas dificultan a las mujeres a permanecer en los puestos de poder.
Otra barrera fundamental para las mujeres es la falta de autoestima y de confianza.
El burnout no es solo por el trabajo
Otro de los problemas para acceder y permanecer en puestos de Alta Dirección es el burnout, que afecta a casi cuatro de cada diez mujeres. El agotamiento no debe resumirse solo en las actividades laborales, sino también por otras demandas sociales, como el cuidado.
Las mujeres dedican más del triple de su tiempo a cuidados no remunerados que los hombres, lo que equivale a 4 horas y 25 minutos al día, frente a 1 hora y 23 minutos respectivamente, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En México, el 75.1% de las personas cuidadoras son mujeres, quienes dedican en promedio 38.9 horas a la semana, según la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) del Inegi.
La firma KPMG menciona que una de las acciones que pueden realizar las empresas para evitar que su talento femenino experimente burnout o agotamiento es desarrollar e implementar políticas y prácticas que favorezcan la integración de la vida laboral y personal, como horarios flexibles y dar prioridad a los resultados en lugar de las horas trabajadas.
Falta potenciar las políticas de equidad
El informe comparte que el 59% de las mujeres de Alta Dirección en México, y 49% de Centroamérica, informan que sí existen políticas con perspectivas de género, pero hay áreas por mejorar.
Sin embargo, el 11% y el 21% mencionan que no existen y tampoco hay planes para implementarlas.
Por otro lado, el 23% y 19% afirman que sí existen las políticas y son respetadas. El área de Recursos Humanos debe ser el área encargada de que todas las personas que conforman la organización se sumen a su cumplimiento. Las personas líderes de los equipos son un ente crucial, ya que son quienes se encargan de garantizar que se alcancen los objetivos y comunicar las políticas de manera efectiva.
Las mujeres siguen siendo una minoría en la Alta Dirección, según observan cinco de cada diez mujeres en México (48%) y tres de cada diez en Centroamérica (29%). Con este panorama, KPMG preguntó a sus encuestadas cómo los hombres en posiciones de dirección se han involucrado en procesos de equidad.
El 30% en México, y el 34% en Centroamérica, destacan que sí hay participación de la mayor parte de ellos. Una buena señal para transitar a un cambio dentro de las organizaciones.
A pesar de que se reconoce el avance en la implementación de políticas de igualdad de oportunidades y equidad salarial, aún hay participación limitada de otros miembros de Alta Dirección, y se mantienen estereotipos que afectan al desarrollo de las mujeres.