¿Cómo generar más inclusión financiera?
“Resulta de gran relevancia la incorporación de la perspectiva de género en el diseño de políticas públicas, programas y regulación, para incentivar que las mujeres tengan mayor inserción en el sistema financiero. Esto debe ir acompañado por un esfuerzo concreto de las instituciones públicas y privadas para que las mujeres adquieran aptitudes, habilidades y conocimientos para el manejo y planeación de sus finanzas”, indica Noriega.
Para ella, “el cambio es cultural y multidisciplinario”, y por ello se deben utilizar todas las herramientas que la tecnología nos proporciona, así como espacios públicos y privados para hablar de las habilidades y capacidades de las mujeres en relación con el dinero.
Para dotarlas de información y generar desde las instituciones financieras productos y servicios que potencialicen sus habilidades y las empoderen. También, fomentar que desde las instituciones educativas se diseñen experiencias del usuario ágiles, sencillas, intuitivas y simples que incentiven la modificación de los hábitos y el comportamiento”, agrega.
Para Villasuso, cada sector puede hacer un aporte: las empresas deben identificar desigualdades -como la diferencia de acceso al crédito para las mujeres, aun siendo las mejores pagadoras-, los gobiernos podrian implementar políticas públicas que fomenten la diversidad y la paridad de género en las entidades financieras y la sociedad en general debe dejar de pensar que “hablar de dinero es cosa de hombres”.
“La educación financiera es fundamental, sobre todo si pensamos en la inclusión digital y tecnológica de la población y que más de 90% de la población en México tiene acceso a un teléfono celular. Por ejemplo, se podría masificar la educación financiera con cursos en línea o cápsulas que se puedan enviar por WhatsApp”, dice.
“La mejor manera es que la educación financiera esté embebida en los productos financieros. Por ejemplo, en Stori vamos enseñando a los y las usuarias cuáles son los conceptos principales de una tarjeta de crédito en su estado de cuenta y les decimos cuál es el monto total a pagar, el monto mínimo, entre otros datos”, afirma.
Respecto al peor y al mejor escenario posible a futuro, indica que el reducir a 0% el 38% de mujeres que afirman nunca haber tenido un producto financiero porque no lo necesitan o porque no saben como usarlo sería un indicativo que en los próximos años ayudará a saber que se va por buen camino.
Y que el peor escenario sería permanecer como estamos, creando productos “one size fits all” que no son apetecibles para las mujeres adultas y que están poniendo en detrimento la garantía de sus derechos económicos.