Se trata, en parte, de un problema basado en sesgos. Anna Raptis, fundadora y directora del Fondo de Inversión Amplifica, opina que la industria de capital es de alto riesgo, por lo tanto, muchos inversionistas suelen elegir a quienes muestran patrones similares a los suyos o por lo menos que les parezcan familiares.
Esto representa un problema cuando la mayoría de las personas que toman decisiones sobre en qué emprendimientos invierte un fondo es hombre. En América Latina, solo 6% de los fondos de private equity o venture capital se destina a emprendimientos fundados por mujeres, según la Asociación de Emprendedores de México (ASEM).
Para Raptis, este enfoque provoca que muchos inversionistas descarten buenas oportunidades con perfiles diferentes a los que han invertido previamente. "Quienes somos inversionistas buscamos invertir en personas similares a uno, por eso es fundamental tener a más mujeres en la cabeza de fondos de inversión, para que reconozcan intereses y ambiciones", dice.
La inversionista considera que no siempre se tratan de sesgos conscientes, pero que también influyen en el tipo de mercados que conocen o desconocen los inversionistas. Pone como ejemplo un segmento en el que no se ha invertido apenas: la salud femenina.
"En Estados Unidos, más que en otros lugares, comienzan a explorar nuevos productos y servicios que ofrecer alrededor de la salud e higiene femenina, pero muchos fondos [dirigidos por hombres] lo dejaron pasar porque desconocían esas necesidades y la oportunidad de negocio que representa por los avances en la tecnología y en el interés de las mujeres a tener más opciones", dice.