Aunque se tiene bien identificado al sector poblacional de las mujeres más afectado este problema, es cierto que las 'escaleras rotas' están presentes a todos niveles de una organización y que, de hecho, son aquellas que conectan este fenómeno con el techo de cristal (el difícil acceso de mujeres de mandos medios a posiciones de liderazgo) y el 'piso pegajoso'.
La maternidad es un gran factor para el desarrollo profesional de las mujeres, apunta con Lourdes Ocampo Coria, profesora de EGADE Business School en Guadalajara. "El porcentaje de mujeres que abandonan mercado laboral es alto, se acerca a 50% y esto es porque no hay condiciones adecuadas en el trabajo y en menor medida a las creencias personales que se tiene sobre la crianza", dice.
Ella misma vivió este fenómeno. Cuando dirigía la Unidad de Estudios de Negocios en el Tec de Monterrey decidió ser madre porque era una prioridad en su vida, pero debido a las condiciones en que se desarrollaron sus intentos de embarazo, dejó de trabajar para dedicarse a un tratamiento de fertilidad. Una vez embarazada, volvió a emplearse, pero decidió dejarlo por seis meses una vez que su bebé nació.
"Es muy difícil volver al ruedo, no sólo por la dinámica familiar, sino porque no encuentras oportunidades tan fácil. Por ejemplo, yo me fui como directora y no por mucho tiempo, aun así batallé mucho para volver y recuperar el ritmo", comparte.
¿Cómo afectan las escaleras rotas a las mujeres?
Para Ocampo, estos procesos de separación laboral son vividos por las mujeres como una pérdida en muchos niveles, desde su autonomía, hasta el desgaste físico y cognitivo que implica la maternidad.
Sin embargo, los cuidados de crianza no son los únicos que tienen que desempeñar las mujeres sin remuneración alguna, sino también a familiares enfermos, con discapacidad o a adultos mayores.
Tan sólo en 2020, el primer año de la pandemia de Covid-19, más de 23.5 millones de mexicanas señalaron que no estaban disponibles para trabajar debido a que tenían que cubrir otras obligaciones en el hogar, lo que significó un aumento anual de 1.4 millones de mujeres en comparación con 2019, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi.
Los cuidados no son el único peldaño que rompe las escaleras de las mujeres, sino también que ellas mismas tengan problemas de salud, accidentes o no cuenten con recursos para continuar con una capacitación por cuenta propia.