¿Cómo se vive la violencia estética en el trabajo?
Ricalde ha observado que en los centros laborales es común que una mujer que no cumpla con los estándares de belleza reciban menos empatía, lo que enturbia mucho el ambiente en que se desenvuelve y afectando incluso sus resultados.
La investigación '¿Son las mujeres obesas menos empleables? Discriminación por obesidad en México' de Eva Maricela González, y publicada por el Colegio de México, evidenció un trato diferencial en la contratación de personas con sobrepeso y que este empeora cuando se trata de mujeres, pues en los hombres no hubo variación en el experimento, en el que mandaron CV con la misma información cambiando sólo la imagen del postulante.
En la misma línea, Ángel Álvarez afirma que después de las mujeres, quienes más sufren este tipo de violencia son otros grupos invisibilizados como aquellos que pertenecen a disidencias sexuales, personas con diferencias étnicas o adultos mayores.
"En los espacios laborales se penaliza cuando una mujer no cumple con una norma cosmética y las autoridades dentro de las organizaciones deben reconocerlo y tomar medidas para evitarlo", apunta.
¿Cómo se puede evitar?
El primer paso para Álvarez es establecer un protocolo con el fin de nombrar el fenómeno y generar las condiciones para que la gente identifique un caso de violencia de este tipo en los espacios de trabajo.
"Los centros de empleo no pueden controlar los juicios, creencias, o impresiones que sus empleados tienen de otras personas, pero sí sus acciones, sobre todo si se comenten en un espacio compartido en el que deberían sentirse seguras", dice.
Ricalde recomienda señalar este tipo de violencia cuando suceda y, si es necesario, brindar apoyo psicológico u administrativo a las mujeres que decidan denunciar cuando sucedan estas agresiones.
Para María Elena Esparza las empresas deben mostrar con acciones que la violencia estética es inaceptable en cualquiera de sus formas en los centros de empleo.
"Se tiene que tener cuidado desde que se redactan los perfiles para las vacantes hasta los criterios para el crecimiento laboral. Es importante decir que la responsabilidad frente a este problema está en cada uno y una de nosotras, por eso invitaría a revisar cómo la sufrimos y la ejercemos y, desde ese ejercicio de reflexión, detectar cómo podemos modificar nuestro comportamiento cotidiano, frente a otros y frente a nosotras mismas", dice.