Flores también ha sentido el estrés de tener que negociar una remuneración por su trabajo, hasta que simplemente se animó a hacerlo.
“No importa a qué te dediques, en la escuela nadie te enseña a negociar un sueldo. Pero esa situación suele agravarse para las mujeres. A diferencia de los hombres, es más frecuente que piensen que es un enfrentamiento complicado y por eso no se atreven a hacerlo”, explica.
Desde Manpower, una compañía global que se enfoca en soluciones de capital humano, la directiva observa que sólo una de cada cuatro mujeres emprenden una conversación de carrera con sus superiores, hecho que les afecta no sólo en el nivel de salario que reciben a cambio de su trabajo, sino que tampoco persiguen oportunidades en otros puestos de media o alta gerencia, como una evolución natural de su carrera profesional.
Flores advierte que lo peor que puede pasar al iniciar esta conversación es obtener un ‘no’ por respuesta. Y recuerda que, cuando las mujeres consideren solicitar un aumento de sueldo o fijar un nuevo salario por cambio de puesto o trabajo, deben recordar que tienen a su favor decenas de estudios que muestran que una mayor y mejor representación de las mujeres en el mercado laboral es un elemento que incrementa la productividad de cualquier centro de trabajo, así como la confianza de inversionistas.