Las mujeres todavía enfrentan muchos retos —más que los hombres— para alcanzar la independencia financiera. Por ejemplo, para ganar lo que un hombre logra en la misma posición, una mujer debe trabajar en promedio casi dos meses más cada año, según estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en México. Por ello, en el país muchas mujeres aún dependen económicamente de sus esposos o sus familias.
"La dependencia financiera de las mujeres tiene su raíz en temas sociales y culturales. Sin duda, la independencia económica sí es diferente para hombres y mujeres", dice Lupina Iturriaga, CEO y Fundadora de Fintonic, una plataforma de finanzas personales.
Según ONU Mujeres, en América Latina la mayoría de las personas que aún son analfabetas son mujeres, el 90% del trabajo doméstico no remunerado es ejecutado por mujeres, y 14 de cada 100 mujeres permanecen dentro del sector doméstico.
La participación laboral no crece equitativamente con la de los hombres en América Latina: 1 de cada 3 mujeres en la región no obtiene sus propios ingresos. Y entre las que sí lo hacen, al menos el 58% trabaja en el sector informal, que sufre más precariedad y permite menor acceso a la seguridad social.