No sólo los grupos feministas turcos se han manifestado en contra del anuncio de Erdogan. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se mostró "profundamente decepcionado" por el abandono del convenio. La Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU se mostró "consternada" por la retirada turca.
Sin embargo, el polémico líder turco no ha mostrado el menor interés por revertir la medida. De acuerdo con analistas consultados por la agencia EFE, este movimiento puede buscar atrae el apoyo de los grupos ultra conservadores.
Con los islamistas
La salida de Ankara del tratado ha causado estupor en amplias partes de la sociedad turca, ya que la nación euroasiática fue la primera en firmarlo (en 2011) y en ratificarlo (2012).
Y fue el propio Erdogan, entonces primer ministro turco, quien promovió este proceso, percibido en ese momento como "una fiesta" por las feministas turcas, recuerda en conversación con la agencia EFE la socióloga Feride Acar, delegada en Estrasburgo para elaborar el texto con pleno respaldo del partido islamista AKP, que fundó Erdogan.
La causa de este giro, según Acar, sería que el AKP "está perdiendo apoyos y busca el voto de sectores marginales, como formaciones islamistas, intentando rascar todo lo que pueda”.
El presidente turco ya había mencionado la posibilidad de retirarse de este tratado el año pasado, en un intento de granjearse el apoyo de los votantes más conservadores en un momento de crecientes dificultades económicas.