Una veintena de tiendas de campaña se alinean frente a la sede del Ejecutivo. Las activistas visten el verde característico del movimiento en Argentina, el mayor país de América Latina en permitir incondicionalmente el aborto hasta las 14 semanas de gestación.
Es legal además en Cuba, Uruguay y Guyana.
"Una democracia moderna no puede condenar a muerte a mujeres que eligen vivir", dice una pancarta."Vida, salud y dignidad", se lee en otra.
A pocas cuadras, frente al Congreso Nacional, grupos católicos y evangélicos se concentran cada día para tratar de evitar la despenalización.
"Las mujeres merecen algo mejor que abortar a sus hijos", se lee en un cartel que un hombre sostiene junto a un gigantesco rosario. "Oramos por el fin del aborto", dice otro.
Derechos y dignidad
Cerca de 90,000 abortos se practican al año en el país "de forma clandestina y en la mayoría de ocasiones en condiciones insalubres", dijo Rafael Mena, presidente de la asociación de hospitales privados.
Y entre 10 y 12 pacientes son atendidas diariamente en la red de salud pública dominicana por abortos incompletos, cuyas complicaciones pueden derivar en la muerte, según cifras oficiales.
Pero el aborto ha sido la gran piedra de tranca para la reforma al Código, que se plantea desde 1990. En 2014, el entonces presidente Danilo Medina la vetó precisamente por no incluir estas tres causales.