En México, las pequeñas y medianas empresas (pymes) son el pilar de nuestra economía, y una tendencia cada vez más visible es que están siendo lideradas por mujeres. Según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), 43% de las pymes en el país son dirigidas por mujeres, una cifra que, sin duda, refleja un avance significativo en términos de inclusión y empoderamiento económico. Sin embargo, a pesar de este progreso, debemos reconocer que aún nos encontramos al inicio de un proceso transformador y que queda un largo camino por recorrer.
Mujeres en los negocios; innovar por la inclusión
Para avanzar en la inclusión de las mujeres en los negocios, es necesario que más empresas, gobiernos y organizaciones se comprometan con políticas de equidad de género.
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Como emprendedora y mujer directiva, he sido testigo de primera mano de los retos que enfrentamos las mujeres en el mundo empresarial. La brecha de género sigue siendo una realidad palpable, con cifras que evidencian que las mujeres tienen menos acceso al crédito, una participación limitada en puestos de liderazgo y una representación insuficiente en sectores clave. Esta situación es aún más compleja en sectores como la tecnología y las finanzas, áreas en las que, a pesar de las oportunidades de innovación, las mujeres siguen siendo sub representadas.
Lo que resulta particularmente inspirador es que, en nuestro país, más del 40% de las pymes son dirigidas por mujeres, una cifra que refleja una tendencia de crecimiento constante. Sin embargo, esta realidad se enfrenta a una disparidad preocupante en el acceso al financiamiento. De todas las pymes lideradas por mujeres que han solicitado apoyo financiero, solo entre el 8% y el 11% logran obtenerlo, una brecha que limita el potencial de crecimiento y expansión de estos proyectos.
En este contexto, es urgente poner énfasis en las necesidades financieras de las emprendedoras. No solo porque somos testigos de la capacidad de liderazgo y visión de las mujeres en los negocios, sino porque, según el Foro Económico Mundial, si más mujeres participaran en actividades económicas formales en México, para 2030 el Producto Interno Bruto (PIB) del país podría ser un 15% mayor en comparación con 2020. Esta es una oportunidad que no podemos dejar pasar.
Para avanzar en la inclusión de las mujeres en los negocios, es necesario que más empresas, gobiernos y organizaciones se comprometan con políticas de equidad de género que no solo promuevan la igualdad, sino que también impulsen la creación de espacios de formación, mentoría e inversión enfocados en proyectos liderados por mujeres. La inclusión no es un favor, es una inversión con un retorno social y económico tangible.
La inclusión financiera va más allá de brindar acceso a crédito o servicios bancarios. Es una herramienta fundamental para el empoderamiento económico de las mujeres. Cuando una mujer tiene acceso a financiamiento y educación financiera, no solo mejora su vida y la de su familia, sino que también genera un impacto positivo en su comunidad y, por ende, en la economía nacional.
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Creo firmemente que la clave para construir un futuro inclusivo y equitativo reside en el desarrollo de plataformas financieras accesibles, el uso de inteligencia artificial para evaluar riesgos de manera justa y la implementación de modelos de negocio centrados en la equidad. La tecnología, cuando se utiliza de manera responsable, democratiza el acceso a servicios financieros y derrumba barreras históricas que han marginado a las mujeres del sistema económico formal.
Como mujer en el mundo de la tecnología y los negocios, sé que el camino no es fácil, pero también sé que juntos, con determinación y colaboración, podemos lograrlo.
Es momento de que todas las mujeres podamos liderar, innovar y contribuir al desarrollo económico de nuestro país, sin restricciones ni barreras. Y en ese proceso, el apoyo mutuo, la inclusión y el acceso a las oportunidades serán claves para que el futuro que imaginamos sea posible.
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Nota del editor: Mary Carmen Arteaga es Chief Operating Officer y Co-Fundadora en Equality Company. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.
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