En este contexto, el liderazgo femenino se presenta como una pieza clave para garantizar que las políticas públicas respondan de manera efectiva a las demandas y aspiraciones de toda la población. El impulso de un liderazgo femenino fuerte y representativo en todos los niveles de la sociedad es crucial para construir un futuro más justo, estable y próspero.
Al promoverlo y reconocer el valor de la diversidad en la toma de decisiones, se contribuye no solo al empoderamiento de las mujeres, sino también a la construcción de una sociedad más inclusiva, equitativa y resiliente. La incorporación de una perspectiva de género en la formulación de políticas y en la gestión de los asuntos públicos se vuelve fundamental para avanzar hacia un desarrollo y una democracia plena.
Es esencial promover la creación de espacios de diálogo inclusivos donde las mujeres puedan compartir sus experiencias y propuestas, permitiendo que sus voces influyan en la formulación de políticas públicas que nos representen. Estos espacios visibilizan las diversas realidades y desafíos que enfrentamos las mujeres, contribuyendo así a la construcción de una agenda de género que responde a nuestras necesidades en áreas clave como la economía, la seguridad y la brecha de género en el empleo: una agenda de género que verdaderamente tanta falta hace en México.
Solo nosotras vivimos en nuestra propia piel las realidades y desafíos a los que nos enfrentamos a diario, por lo tanto, es esencial que se nos tome en cuenta en la toma de decisiones que nos afectan directamente. Nuestra voz y nuestra experiencia son valiosas para diseñar políticas públicas inclusivas y equitativas que realmente respondan a nuestras demandas y aspiraciones.