OLa actitudes más comunes
Silencio selectivo
“Era muy común que yo dijera algo y se quedara como no escuchado en una junta. También era común que cuando pasaba eso, además, un hombre dijera lo mismo que yo, pero con otra palabras y que él sí obtuviera reconocimiento por ello. Antes me quedaba callada aunque me molestara, ahora sólo pregunto qué es diferente lo que acabo de decir de lo que dijo alguien más y sí fue escuchado”, explica.
Ser excluida de espacios de decisión
“A mí me tocó ver cómo no me consideraban para ciertos eventos como juntas nocturnas con clientes importantes, a bares entre colegas o eventos fuera de la ciudad porque yo era madre y todos asumían que yo no podría ir, porque tendría que cuidar a mis hijos. Aunque eso ya no me sucede porque mis hijos son grandes, siempre que me enteraba de una junta de ésas pedía participar para no perderme ningún detalle y, ya en ellas, hacía que mi participación se notara con aportaciones valiosas”.
Medidas extras por ser mujer
“Cuando era más joven, era problemático viajar porque siempre voy con hombres y siempre fui con la idea de que como mujer tienes que cuidarte de no hacer nada que pudiera malinterpretarse, más allá de un plano profesional. Ahora, aunque me comporto igual que antes, el foco es mantener todo profesional, pero no porque soy mujer, sino porque mi trabajo tiene objetivos muy específicos que cumplir".