EM: En estos días hemos observado una mayor atención a actos de violencia y en contra de personas de la comunidad LGBT, ¿hay algún motivo particular que haya incrementado la cantidad de actos de odio en estas semanas?
OP: Observado es la palabra clave. El motivo por el cual vemos más noticias sobre esto es que hay más personas aliadas que se están sumando a la conversación. Yo salí del clóset hace ocho años y, desde entonces, cada año he enterrado a una amiga. Durante los primeros años, no era posible conseguir presencia mediática, es un hecho; y cuando los pocos medios que lo hacían hablaban desde la desinformación y decían cosas como “murió un hombre en vestido” o “un hombre que se hacía llamar Paola”, eran muy crueles.
Estás lidiando con la muerte de una amiga y ves que los medios no son para ni reportar bien su identidad. Eso aún sucede, solo que antes pasaba mucho más y, por otro lado, lo vemos más porque hay más gente que lo está hablando.
EM: ¿En qué se diferencia o qué tiene en común la violencia que sufre una mujer trans o una mujer lesbiana de una mujer cis? ¿Por qué es importante hablar de esas diferencias o similitudes?
OP: Las etiquetas son sumamente importantes, aunque ahora permee una cultura tóxica de eliminar las etiquetas. Imagínate cubrir las Olimpiadas y decir algo como “en esta disciplina competimos humanos contra humanos, que gane el mejor” con la idea de que todos somos iguales.
Es importante señalar y dejar claro que hay mujeres a las que se están violentando solo por su identidad, hay muchos casos sobre todo de las lenchitudes en los que se subreportan sus ataques o leo encabezados que dicen “matan a dos mujeres que iban solas” y pienso que no, ir juntas entre mujeres no es ir sola ni es motivo para que te maten.
Y es en parte la razón por la que se perpetúa la violencia, porque si no se dice que se está violentando a una mujer solo por quien es su pareja, estamos negando su identidad; si no se habla de eso, la gente no va a entender de contexto.
Para eliminar el estigma, necesitamos espacios de descripción, pues esas etiquetas nos agregan valor identitario. La gente debe entender que el respeto no implica que sus etiquetas (de personas de la diversidad) sean las propias, las diferencias son lo que nos hace una comunidad.