Laura, de 24 años, comenzó a recibir preguntas de desconocidos en su WhatsApp. “Eran tipos preguntándome por mis supuestos servicios”. La joven aún parece abrumada al mencionar que llegó a recibir más de 100 mensajes en 12 horas.
“La mayoría de los hombres escribían insinuaciones asquerosas, pero recuerdo que uno decía ‘vi tus fotos en un sitio web’, fue ahí donde me asusté”. Laura se enteró de que habían subido fotos suyas a una página de sexoservicios. “Hicieron un anuncio con mi nombre y publicaron mi teléfono”.
La experiencia de Laura corresponde a los casos de propuestas sexuales que, conforme al Módulo sobre ciberacoso (Mociba) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, asciende a 40.3% de las 9.4 millones de mujeres víctimas de violencia digital. El caso de Brenda, representa 35.3%, por haber sido contactada bajo identidades falsas.
Mujeres jóvenes en mayor riesgo
Ante un intento de ciberacoso, la Policía cibernética de Ciudad de México recomienda a las mujeres cuatro pasos: ignora, bloquea, pide ayuda y denuncia vía telefónica al número 5552425100 ext. 5086, o envía mensaje al correo policia.cibernetica@ssc.cdmx.gob.mx, disponible las 24 horas.
No obstante, la desesperación afectó tanto a Laura que no pudo atender las indicaciones, tampoco ignoró los desnudos masculinos e insultos que le enviaban después de explicar la falsedad del anuncio con sus fotos.
“Cuándo en los mensajes me dijeron de ‘fotos’, -Laura toma un momento para terminar la oración- no sabía si habían publicado nudes". El uso de fotos íntimas sin consentimiento es una forma de violencia digital que instancias como la Secretaría de las Mujeres (SEMUJERES) atiende.
Conforme a los registros proporcionados por Raquel Vargas de SEMUJERES, del 1 de enero al 4 de abril de 2021, las Abogadas de las Mujeres han intervenido en el inicio de 162 carpetas de investigación por violencia digital.
De estos casos, las especialistas han representado en el inicio de su denuncia a un total de 115 mujeres; en 66 casos, las víctimas estaban en un rango de edad de los 21 a los 30 años. Las carpetas de investigación se originan cuando un agresor toma y difunde sin consentimiento videos o fotografías de contenido sexual.