Desarrolla habilidades técnicas, pero no descuides el liderazgo
El tercer consejo se centra en un aspecto clave: las habilidades técnicas te abren la puerta, pero las competencias de liderazgo te llevan a la mesa de decisiones. Las mujeres en tecnología suelen centrarse en acumular conocimientos técnicos para validar su posición, pero Anzaldúa sugiere que el verdadero poder viene de combinar esto con habilidades de liderazgo. Por eso, recomienda aprovechar las oportunidades de capacitación que ofrecen las empresas, como certificaciones en áreas técnicas, pero también programas que desarrollen habilidades de liderazgo y gestión de equipos.
En su propia experiencia, Anzaldúa ha visto cómo las mujeres que invierten en su desarrollo personal y profesional tienen más probabilidades de ser promovidas a roles de decisión. Y no se trata de una simple cuestión de formación, sino de mentalidad. “Tienes que verte a ti misma como líder antes de que los demás lo hagan”, asegura.
Equilibrio y bienestar: no te conformes con menos
El cuarto consejo va más allá del ámbito profesional y toca una cuestión delicada: la importancia del equilibrio entre el trabajo y la vida personal. “En tecnología, hay una cultura de trabajar muchas horas, y eso puede chocar con otras prioridades”, dice Anzaldúa. Para muchas mujeres, esto se traduce en una elección dolorosa entre avanzar en su carrera o tener tiempo para su familia y vida personal.
Por eso, buscar empresas que ofrezcan políticas de corresponsabilidad —como permisos extendidos de maternidad y paternidad, horarios flexibles o incluso redes de apoyo para madres trabajadoras— es crucial para una carrera sostenible. En el caso de Walmart, iniciativas como la red “Walmart Moms” han ayudado a que más mujeres puedan continuar su desarrollo profesional sin tener que sacrificar su vida familiar. Pero más allá de la empresa, este tipo de políticas deben ser un estándar a exigir en cualquier lugar de trabajo. “Si una compañía no respeta tus necesidades como persona, es difícil que te vea como un líder”, enfatiza.
Pregunta y exige: la transparencia es clave
El último consejo de Anzaldúa se resume en dos palabras: pregunta y exige. Antes de unirte a una organización, es fundamental hacer preguntas claras sobre su cultura de inclusión, sus políticas de desarrollo y las oportunidades reales de crecimiento. "Muchas veces las mujeres asumen que deben adaptarse a lo que encuentran, pero es la empresa la que tiene que adaptarse a ellas", comenta. Y no solo se trata de preguntar, sino de exigir políticas de igualdad salarial, rutas de desarrollo bien definidas y un compromiso real con la diversidad.
“Cuando las mujeres preguntan, abren la puerta para que la empresa también evalúe sus propios sesgos y limitaciones”, concluye Anzaldúa. Si más mujeres hicieran esto, estarían no solo construyendo sus propias trayectorias, sino allanando el camino para las generaciones futuras.