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"Nada es imposible": Brenda Osnaya y su viaje del accidente a París 2024

Tras un accidente que cambió su vida, la competidora encontró en el deporte la fuerza para seguir adelante. Hoy, se prepara para representar a México en las Paralimpiadas.
mié 11 septiembre 2024 03:17 PM
Brenda Osnaya, competidora Paralímpica
Brenda Osnaya, competidora Paralímpica

A los 8 años, Brenda Osnaya descubrió el amor por el deporte en el patín y por 9 años consecutivos fue campeona nacional. Su carrera meteórica no fue casualidad: para poder lograrlo se entrenó diario y duro, ganó resistencia, técnica y autoconfianza. A sus 17, su vida dio un vuelco: en el viaje a una de las competencias hacia Puebla, el conductor se quedó dormido y volcó, un accidente que la dejó sin movilidad en sus piernas para siempre.

Ese evento la transformó: lo que antes había sido su mayor fortaleza deportiva, sus piernas, ya no lo serían nunca más. Pasó por un largo proceso en donde pensó y vivió muchas frustraciones hasta que se dio cuenta que el deporte, una vez más, sería su mejor aliado para crecer personalmente.

“Entendí que aunque ya no pudiera caminar, si quería volver a sumergirme en el deporte no iba a estar empezar de cero, porque ya sabía lo que tenía que hacer para volver a entrar al alto rendimiento”, recuerda. Eso era la insistencia, la resiliencia, la ambición y el amor que entonces, y también ahora, la llevaron a la cumbre.

Desde entonces, se levanta a las 6 de la mañana y entrena con pequeñas pausas para comer y descansar hasta las 9 de la noche, todos los días. Gracias a eso, a su profunda personalidad, y al amor de su entorno, hoy es una de las únicas dos mujeres que competirán en el Paratriatlón de las Paralimpiadas de París 2024.

¿Cuál es tu historia con el deporte?

Mi historia con el deporte comenzó a los 8 años. Mi papá nos inscribió a mi hermano y a mí en un deporte después de ver una competencia de patinaje artístico de la hija de un amigo suyo. Aunque íbamos en busca de patinaje artístico, lo que realmente me cautivó fue la pista de patinaje de velocidad. Recuerdo cómo los patinadores entrenaban a toda velocidad bajo las luces del patinódromo; fue amor a primera vista. Desde el día siguiente, ya tenía casco y comencé a entrenar con mis patines recreativos. Poco a poco, fui participando en eventos nacionales, donde me iba muy bien. Fui campeona nacional durante nueve años y, a los 14 o 15 años, ya me tomaban en cuenta para la preselección mexicana. Mi sueño desde niña era representar a México en un mundial, pero la vida tenía otros planes. A los 17 años, mientras me dirigía a un evento selectivo en Puebla, sufrí un accidente automovilístico que me dejó con una lesión medular y discapacidad motriz adquirida. El deporte, que siempre había sido una parte fundamental de mi vida, se convirtió en mi terapia y mi maestro de vida, ayudándome a seguir adelante a pesar de la adversidad.

¿Cómo te sentiste después del accidente?

Después del accidente, todo cambió. Tuve que aprender a hacer todo con mis brazos, incluyendo nadar, lo cual fue un gran reto personal. Aprendí a nadar a los 17 años, y aunque fue complicado debido a la técnica y la respiración, decidí tomarlo como un desafío. Pensé que destacar en el deporte paralímpico sería más fácil debido a mi experiencia previa, pero me enfrenté a la realidad de empezar desde cero. Probé varios deportes, desde natación hasta paratenis de mesa y powerlifting, pero aunque era buena en ellos, no me apasionaban tanto. Finalmente, encontré mi verdadera pasión en el paratriatlón, un deporte que combina mi amor por la velocidad, la resistencia y la adrenalina de sentir el viento en mi cara. Lo que no tuve que empezar de cero fue la disciplina y los valores que el deporte me había inculcado desde niña. Sin embargo, tuve que adquirir nuevas habilidades, como la resistencia, y aunque fue un proceso difícil, nunca perdí mi hambre de mejorar.

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¿Cuál es tu objetivo en la carrera deportiva?

Para mí, el deporte es más que una pasión; es una profesión. Mis sueños se han convertido en objetivos claros y, con el tiempo, he ido alcanzando niveles que antes parecían inalcanzables. Mi participación en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 fue un sueño hecho realidad, y ahora mi meta es París 2024. Los últimos tres años han sido cruciales para consolidarme a nivel mundial. Para llegar a este nivel, he tenido que sacrificar muchas cosas y dedicarme al 100% al deporte. Me he rodeado de un equipo de expertos en nutrición, psicología, fisioterapia, biomecánica y mecánica, entre otros. Lo que más me gusta del deporte es que siempre hay margen para mejorar, y aunque a veces las cosas no salen como esperas, siempre tienes una nueva oportunidad para dar lo mejor de ti. He aprendido a sumar personas a mi equipo, personas que aportan su conocimiento y tiempo para ayudarme a alcanzar mis metas.

¿Cómo ha sido tu experiencia con la salud mental en el deporte?

La salud mental es un tema muy importante para mí, especialmente como atleta de alto rendimiento. Afortunadamente, cuento con el apoyo de un psicólogo deportivo, Edgar Albo, con quien trabajo semanalmente. El camino hacia París 2024 ha sido un proceso lleno de altas y bajas. Hubo momentos en los que dudé de mí misma, incluso consideré retirarme, pero siempre he contado con el apoyo de mi familia, entrenadora y psicólogo para superar esos momentos difíciles. La pérdida de un ser querido antes de Tokio fue un golpe duro, pero el deporte me ayudó a canalizar mi duelo y cumplir el sueño de participar en mis primeros Juegos Paralímpicos. Aunque el camino no siempre ha sido fácil, estos desafíos han fortalecido mi resiliencia y me han enseñado a valorar cada logro.

¿Cómo es un día típico en tu vida como atleta?

Un día típico en mi vida comienza a las 7 de la mañana con un desayuno ligero. Luego, entreno ciclismo, atletismo o natación, a veces combinando dos disciplinas. Después del entrenamiento, regreso a casa, como, descanso y realizo actividades escolares o administrativas. Por la tarde, vuelvo a entrenar y, finalmente, ceno, descanso y duermo. Los sábados entreno solo una vez y los domingos me tomo la tarde libre para pasar tiempo con mi familia o desconectarme del deporte. Este equilibrio es crucial para mantenerme física y mentalmente sana.

¿Cuándo sentiste que ser mujer era un desafío en el deporte?

Sentí que ser mujer era un desafío cuando comencé en el paratriatlón. En ese entonces, era la única mujer en mi equipo y sentía que no me tomaban en cuenta tanto como a mis compañeros hombres. Incluso en decisiones simples, como qué comer, notaba que se daba prioridad a los hombres. Estas situaciones me hicieron sentir incómoda y subestimada, pero también me enseñaron la importancia de la empatía y la igualdad. A pesar de estos desafíos, logré convertirme en la primera mujer mexicana en participar en unos Juegos Paralímpicos en paratriatlón, obteniendo un quinto lugar en Tokio. Este reconocimiento no solo fue una victoria personal, sino también una inspiración para las niñas y jóvenes que sueñan con incursionar en el deporte adaptado.

¿Quiénes han sido tus referentes en el deporte?

A lo largo de mi vida, he tenido varios referentes en el deporte mexicano, especialmente de niña. Recuerdo haber visto los Juegos Paralímpicos de Beijing y admirar a atletas como Amalia Pérez, una multimedallista paralímpica que se ha consolidado como una de las deportistas más importantes a nivel mundial. Más allá de sus logros, admiro su humildad y la manera en que siempre está dispuesta a ayudar a los demás. Ella es un ejemplo de que el deporte no solo se trata de ganar medallas, sino también de inspirar y apoyar a otros.

¿Cuáles son las características que más te gustan de ti misma y cuáles te gustaría mejorar?

Me gusta pensar que soy una persona disciplinada, comprometida y competitiva. También me considero noble y trato de ser cuidadosa con mis palabras para no herir a los demás. Sin embargo, una de las cosas que me gustaría mejorar es mi autoconfianza. A veces menosprecio mis talentos y me comparo con otros, pero he aprendido a enfocarme más en mis propias habilidades y a valorar lo que soy capaz de hacer. Quiero seguir trabajando en creer más en mí misma y en lo que puedo lograr.

¿Cómo es el panorama de participación femenina en los Juegos Paralímpicos?

En los Juegos Paralímpicos de París, la delegación mexicana contará con 67 atletas, de los cuales 37 son mujeres y 30 son hombres. Este dato refleja la lucha por la igualdad de género y la creciente participación femenina en el deporte. Aunque aún queda mucho por hacer para lograr una paridad total, es alentador ver que las mujeres estamos logrando resultados significativos y representando a México con orgullo. Me siento muy honrada de ser una de esas mujeres que llevará los colores de nuestro país en París.

¿Cómo te gustaría trascender?

Mi mayor sueño es trascender a través de las personas, dejando una huella en cada persona que conozco. Quiero que mi historia inspire a otros y que mi legado en el deporte sirva como ejemplo de que, a pesar de los obstáculos, nada es imposible. Aunque he enfrentado desafíos como adquirir una discapacidad, perder a seres queridos y superar otros retos en la vida, he logrado cumplir mis objetivos y sueños. Me gustaría ser recordada como alguien que, con disciplina, pasión y rodeada de las personas correctas, logró todo lo que se propuso.

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