En México, la proporción de mujeres con productos financieros es 12.1 puntos porcentuales menor que la de los hombres y tres de cada 10 mujeres no tienen autonomía en el uso de su dinero. Los hombres tienen mayor acceso a casi todos los productos financieros que las mujeres a: tarjetas de crédito bancarias (36.9% vs. 27.8%), créditos hipotecarios (21.4% vs. 14.3%) o créditos automotrices (6.4% vs. 3.9%).
Como en un gran efecto dominó, al cobrar menos que los hombres en iguales puestos y al tener menos acceso al mercado laboral formal, tenemos menos autonomía de nuestras propias finanzas y menos historial crediticio formal, ya que muchas veces recurrimos a nuestros conocidos o familia para saldar deudas o pedir préstamos.
Al tener menos historial crediticio, tenemos menos acceso a créditos de vivienda, y por lo tanto, también, menos acceso a créditos de empresas, ya que las propiedades son parte de lo que muchas veces piden como requisito.