¿Cuál es el rol de la representación de las mujeres en los medios y la cultura en general en este cambio de mentalidad?
-La representación es crucial porque crea y refleja la realidad. Las películas, las noticias y las redes sociales juegan un papel fundamental en cómo se percibe a las mujeres y sus roles. Si cambiamos las representaciones, podemos cambiar la realidad. Por ejemplo, es importante cuestionar y cambiar cómo se cubren las marchas feministas en los medios, que muchas veces se enfocan en el vandalismo y no en las demandas legítimas de las mujeres.
¿Cómo podemos abordar la cuestión de los cuidados y la maternidad para avanzar hacia la igualdad?
-Necesitamos un cambio en la percepción de los roles de género desde la niñez. Es importante que los niños aprendan a cuidar desde pequeños, no solo las niñas. También debemos trabajar con el sistema educativo y las familias para cambiar las normas y expectativas sociales. Por ejemplo, implementar políticas que promuevan la corresponsabilidad en los cuidados entre hombres y mujeres es fundamental para que las mujeres puedan competir en igualdad de condiciones en todos los ámbitos.
¿Crees que las nuevas generaciones están más conscientes de las desigualdades de género y las diversidades?
-Sí, veo a jóvenes muy politizados y conscientes de los discursos de igualdad. Sin embargo, también hay una polarización que preocupa. No podemos cargar toda la responsabilidad del cambio en las nuevas generaciones; es un trabajo intergeneracional. Debemos hacer esfuerzos hoy para que quienes vienen encuentren un mundo más justo y equitativo.
En términos de violencia de género, ¿México tiene una situación especial comparada con otros países de América Latina?
-México tiene uno de los niveles más altos de feminicidios y violencia de género, lo cual está ligado a la impunidad, el crimen organizado y la corrupción. Aunque toda América Latina enfrenta estos problemas, en México se han articulado de una manera muy particular que ha exacerbado la violencia social.
¿Cuál es tu historia con el feminismo y cómo llegaste a articular tus ideas y militancia?
-Mi encuentro con el feminismo fue en la universidad, como docente y académica. Empecé a trabajar temas de género y desigualdades con mis estudiantes, lo que visibilizó muchas injusticias. Mi propia experiencia como migrante y mujer en espacios tradicionalmente masculinos también me hizo consciente de las desigualdades. El feminismo me permitió articular un pensamiento y una lucha por la justicia social que va más allá de otras teorías.
¿Crees que si el feminismo logra determinadas batallas, esto atraerá beneficios para otras diversidades?
-Sí, el futuro será feminista o no será. El feminismo lucha por la justicia social de manera interseccional, incluyendo a todas las diversidades. Es una propuesta que busca desmontar estructuras de poder injustas, no solo para las mujeres, sino para todas las personas oprimidas.