También cuando ante algún problema de salud mental las compañías no solo no las acompañan con el apoyo médico y la consejería que amerita el caso, sino que la estigmatizan y alejan de sus responsabilidades; cuando les pagan menos por el sólo hecho de ser mujer o cuando manifiestan haberse sentido incómodas por alguna situación -comentarios o acciones de otros u otras- y le preguntan, por ejemplo, “si está en su periodo”.
“Les pediría a los y las reclutadoras que por favor me expliquen qué valor agregado les da hacer estas preguntas en los momentos de reclutamiento para identificar competencias, experiencia y habilidades. Hace poco, un colega me comentaba que la razón que dio un reclutador es que esto lo usaban para "determinar el sueldo a ofrecer". ¿Acaso el sueldo será mayor si el candidato paga renta o tiene seis hijos? Perdón, pero no me hace sentido”, indica Izka Gonzalez, coach de carrera y Linkedin Top Voice en temas de empleo.
Para la especialista en recursos humanos, este es el cambio básico e inicial que requiere el área de reclutamiento y selección, desde sus líderes y los propios reclutadores, así como de áreas de recursos humanos, jefes de puesto y líderes de las empresas.
“Hay preguntas para conectar con el ser humano que hacen el proceso menos transaccional, más humano y sin discrimnacion por género. Por ejemplo, se puede preguntar por qué les interesa la vacante y la empresa, o si tiene disponibilidad para viajar y para cambiar de residencia. Por supuesto, también se puede pedir que cuenten un poco sobre ellos, lo que permite que el candidato o candidata pueda presentarse y compartir la información que desee. Es una oportunidad de conversar y no debería ser limitante en la selección”, señala.
Para Aideé Zamorano, creadora y directora general de Mamá Godín, las violencias en el trabajo son estructurales y están mal llamadas “microviolencias”, porque esa forma de definirlas muchas veces llevan a normalizarlas. “Hay diferentes tipos de violencia: psicológica, física, patrimonial, económica y sexual. Y en el trabajo se pueden sufrir una o varias de ellas, a veces sin darnos cuenta”.
La activista afirma que el primer paso para identificar una violencia laboral es cuando sientes que te han discriminado o negado una oportunidad por ser mujer. “Allí aparecen dos de las cinco violencias: la económica y la patrimonial, porque haces el mismo trabajo que un hombre, pero ganas, de acuerdo con el estudio 2024 del
Imco
, 16% menos. Creo que lo primero que tenemos que hacer es usar los términos correctos para definir lo que está pasando en los trabajos: no es una violencia, son muchas y hay que ponerlas en plural”, indica.
“Una de las mayores fallas de comunicación, educación y concientización sobre el tema que ha generado grandes consecuencias es la definición y la clasificación de violencias en el
violentómetro
, porque cuando se creó tenía los colores del semáforo y el verde -que en el tráfico de autos te indica “continuar”- incluía recibir bromas hirientes, chantajes, mentiras, engaños, celos, stalkeos y nos invitaba a dejar pasar, a permitir. Eso es peligroso en términos de comunicación en un país donde cada dos horas muere una mujer víctima de feminicidio”, afirma Zamorano.