A lo largo de la vida de una mujer, ésta va cubriendo objetivos financieros y también de crecimiento profesional. Por eso Ivonne Vargas, escritora y experta en temas relacionados con capital humano, sostiene que es sabido que independizarte laboralmente puede ser una decisión aventurera y audaz, pero no que esta opción puede formar parte de un plan de carrera.
Para Vargas, es necesario partir de una buena planeación y condiciones de disciplina para generar grandes beneficios, además de monetarios, como explorar nuevas áreas de conocimiento técnico y blando.
A su parecer, para muchas mujeres saltar a la independencia surge del anhelo de cubrir una nueva experiencia, pero para lograrlo, el punto más esencial es tener consciencia de que la autonomía es una competencia.
"Ser autónomo es una habilidad que se aprende, no un estado inherente; pero tenemos que las instituciones responsables de formar a los profesionistas no ofrecen las enseñanzas técnicas y teóricas para hacerlo, pues las universidades -como formadoras de competencias- van años luz atrás y sólo nos enseñan a cómo ser una buena empleada", afirmó.
¿Dónde nace la semilla de la independencia?
Milagros Oreja hoy es especialista en reputación y propósito de marcas, antes fue mentora en Endeavor y trabajó como líder de Relaciones Públicas de José Cuervo; incluso tuvo puestos en el gobierno de Argentina como coordinadora general Comunicación de la Secretaría de Gestión Comunal y Atención Ciudadana en Buenos Aires. Hasta que decidió ir sola...
Desde hacía años le seducía la idea de emprender, cuenta, porque siempre fue inquieta y en los trabajos formales muchas veces se encontró con frenos para aportar su punto de vista.
Para Oreja, trabajes donde trabajes, existe una relación de dependencia, hay ciertos procesos burocráticos que muchas veces frenan la motivación de quien quiere ir probando o innovando a medida que crece en su puesto.
No obstante, recuerda con detonante para renunciar y empezar por su cuenta fue el terremoto de 2017 y su maternidad.
"Desde que nació Luca yo ya estaba con la idea de armar mi propia consultora. Pero lo que terminó de convencerme y llevarme al accionar intensivo para hacerlo realidad fue que ese día tuve que esperar 6 horas desde el sismo hasta llegar a abrazar a mi hijo de 6 meses y terminé de entender que no quería eso para mí. Quería algo que me permitiera manejar mis tiempos y poder acompañar a mi (ahora mis, en plural, porque ya tengo dos) hijes en su crecimiento", comparte en entrevista con Expansión Mujeres.
Un caso similar es el de Sandra López Aguado, experta en Relaciones Públicas que formó parte de empresas como Motorola, Edelman e IBM. Después de 15 años, decidió irse como independiente para ser dueña de su tiempo, pues al ser madre de dos infantes fue muy difícil para ella conciliar su vida profesional y la privada.
"En ese momento llevaba un trabajo muy demandante con cuentas muy complicadas a nivel regional. Siempre estaba cansada, irritada y por supuesto las relaciones en mi vida personal se deterioraron", comenta.
Grisell Sordo es cofundadora de Siblinks.comunidad, una plataforma para desarrollar y potenciar el talento femenino. Es experta en mercadotecnia, business intelligencia, global insights y estrategias corporativas a favor de la diversidad e inclusión.
Antes trabajó para empresas como Telmex, Phillip Morris e incluso dio clases en la Universidad TecMilenio.
Varios factores incluyeron en que decidiera tomar un rumbo distinto al mundo corporativo. La primera fue la edad.
"El mercado laboral es muy injusto y yo sí me veo activa muchos años más, pero sabía que el mundo corporativo no me iba a llevar por ese camino. Por eso supe que ya a los 50 tenía que apurarme a hacer algo por mi cuenta", dice.
En el proceso también influyó su hambre de aprender y hacer cosas nuevas después de haber trabajado 25 años en el mundo corporativo.
“Sabes que amas tu trabajo, pero después de tanto tiempo es normal sentirse aburrida y que quieras operar de forma distinta”, dijo.