No trabajar después del fin de la jornada laboral, sobre todo cuando no se pagan las horas extra, no asumir funciones adicionales a las que contempla el contrato o, incluso, hacerle saber a un compañero que sus comentarios son incómodos. Decir 'no' o poner límites a situaciones como la sobrecarga de trabajo puede no ser fácil, pero todo aquello con lo que no se está de acuerdo o que pudiera implicar un malestar para un trabajador o trabajadora puede ser motivo de una plática explícita para llegar a un acuerdo, sin que sea un motivo de confrontación.
"Poner límites puede estar asociado a una actitud negativa, cuando en realidad representa un acto de amor propio y responsabilidad", dice Alejandra Ortiz, psicoanalista, escritora y miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México.
La especialista sostiene que establecer términos en los que una persona quiere trabajar, con base en la naturaleza de su propio puesto, tiene que ver con no rebasar una línea de respeto a la autoestima de una persona y su integridad como trabajadora.
Para Ortiz, el mejor momento de delinear condiciones de trabajo es el principio, pues no se tiene que esperar a que se dé un episodio de abuso o agresión por parte de algún superior o subalterno.