La discusión se dio gracias a la creación de comisiones de género en las organizaciones locales y en espacios de diálogo como el Congreso Nacional de Ciclismo Urbano.
"Al mismo tiempo vemos a la bici como una herramienta que puede ayudar a generar confianza, seguridad, comunidad y autonomía a las mujeres. Una herramienta para no depender ni del camión ni de que te lleven o te traigan, ni de pagar taxis en la noche", asevera Díaz.
En 2019 y 2020, Guadalajara obtuvo el primer lugar nacional en el
Ranking de Ciclociudades
, elaborado por el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés). Sin embargo, el porcentaje de mujeres ciclistas aún es bastante menor que el de los hombres, y esto sucede en todas las ciudades mexicanas evaluadas. De acuerdo con la misma investigación, sólo dos de cada diez ciclistas en Guadalajara son mujeres.
La
Séptima Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida 2020
, realizada por el observatorio ciudadano Jalisco Cómo Vamos, revela que 4% de los hombres en la zona metropolitana se mueve en bicicleta, mientras que sólo 2% de las mujeres en la ciudad elige desplazarse sobre ruedas.
Las brechas de género en el uso de la bicicleta son resultado de múltiples factores, explica en entrevista Gabriela de la Torre, funcionaria especializada en políticas públicas con perspectiva de género y en movilidad urbana sustentable y quien trabaja actualmente como investigadora y gestora en el Instituto Metropolitano de Planeación y Gestión del Desarrollo del Área Metropolitana de Guadalajara (Imeplan).
“Una primera inferencia es que los estereotipos de género influyen: por lo general se predetermina que la bicicleta no es un vehículo para las niñas. Muchas mujeres nunca aprendieron a andar en bicicleta porque no fue algo que les acercaron en la infancia, a diferencia de los niños”, señala De la Torre.
Asimismo explica que influye mucho la percepción que tengan las mujeres sobre sí mismas y sus habilidades, no sólo psicomotrices sino la seguridad emocional, que se sientan capaces de hacer cosas.
"Porque hay barreras de seguridad vial, pero también barreras que están adheridas al cuerpo, y esas tienen que ver con los sesgos de género”, menciona.
Ante estas problemáticas, una de las actividades centrales de la colectiva Femibici es la Bici Escuela, un espacio seguro para que niñas y niños desde los 4 años y mujeres de todas las edades puedan aprender a moverse en bicicleta mediante el uso de una técnica “libre de traumatismos” que sigue el ritmo, las necesidades y el nivel de confianza de las participantes.
La Bici Escuela comenzó a funcionar en avenida Inglaterra, pero después se mudó a Chapultepec y Justo Sierra. Esa zona céntrica se cierra al tránsito vehicular los domingos por la mañana, para la realización, desde 2004, de una iniciativa para movilidades no motorizadas: la Vía Recreactiva.
Además, desde su fundación, Femibici ha realizado más de 70 paseos con diversos temas de reflexión, como género y ciudad, acoso sexual, sexualidades diversas, maternidad elegida, mujeres en defensa de su territorio, entre otros. Estos paseos, escriben Díaz y Coyotecatl en la revista Ciudades, se convierten en una “estrategia de acompañamiento colectivo que brinda herramientas para pedalear de forma segura en las calles y empoderar a las mujeres en el espacio público”.