Como Esmeralda, Carmen Sánchez también está decidida a tatuarse luego de que el 20 de febrero de 2014 su expareja llegó a la que era su casa en el municipio de Ixtapaluca, Estado de México, sacó de su chamarra un envase con ácido y le aventó el químico en el rostro y el cuerpo.
“Me gustaría mucho que me hicieran una Medusa en la pierna porque ahí tengo una de las cicatrices más grandes, perdí una parte para un injerto de piel en mi cuello”, afirma en entrevista la presidenta de la fundación que lleva su nombre.
La activista también se tatuará ambos brazos. “En la mano derecha quiero a mis dos hijas y a mí, de espaldas con el cabello unido en una misma trenza. Cuando me atacaron con ácido eran muy pequeñas; sentí que el tiempo que estuve en el hospital las descuidé mucho y ahora yo quisiera que siempre nos mantuviéramos así, juntas, trenzadas”, expresa quien tuvo que estar ocho meses internada por quemaduras de tercer grado.
En el brazo izquierdo, Carmen quiere tatuarse tres hongos, como los de la imagen que distingue su página de Facebook. “Si bien parasitan otros cuerpos de animales y plantas y no son particularmente bonitos, sirven de alimento, como las cicatrices”, asegura sobre sus planes en
Taller de Tinta y Sangre
, un estudio de tatuajes y perforaciones en la Ciudad de México en el que sólo trabajan mujeres.“Lo fundó una de mis mejores amigas y por todas las complicaciones que tenemos la mayoría de las tatuadoras para iniciar en este rubro, decidió hacerlo exclusivamente para mujeres pero sí recibimos clientes hombres”, dice en entrevista
Paty Perón
, una feminista que busca contar historias a través de la piel.La tatuadora anunció en Facebook su nuevo proyecto.
A Carmen Sánchez y a Ximena Canseco les encantó su publicación y se pusieron en contacto con ella para que sumara su iniciativa a la fundación de mujeres sobrevivientes de ataques con ácido. Paty Perón aceptó la
invitación
de poner tinta en las heridas de violencia, porque ella también ha sido víctima
"Mi objetivo principal era llegar a cualquier mujer que hubiera vivido violencia, que eso hubiera dejado alguna cicatriz en su piel y que para su proceso de sanación fuera de ayuda un tatuaje para cubrirla o adornarla. Cuando yo encontré este estudio, pasaba por una situación difícil y años atrás ya había vivido violencia extrema con una pareja; te haces feminista con tu propia historia”, refiere Perón.
A su hermano le regalaron una máquina de tatuajes y así fue como empezó a practicar. Ahora tiene seis años de experiencia, pero no deja de tomar cursos para mejorar su técnica, pues considera que es una gran responsabilidad marcar de por vida la piel de alguien. Por ello considera que para las mujeres que han sido víctimas de quemaduras por ácido es más complicado porque hay casos en los que su piel no es apta, es bastante delicada y ahí sí necesitamos de opinión profesional.
Ataques con ácido, una forma de violencia feminicida
La Organización de las Naciones Unidas
(ONU)
considera a los ataques con ácido como una forma “devastadora” de violencia de género. Sin embargo, en México no están tipificados como delito; sólo son considerados como lesiones agravantes, según el
Código Penal Federal.
Además, el concepto “sustancia nociva” se emplea de forma general, sin especificaciones.
“Se presumirá que existe premeditación cuando las lesiones o el homicidio se cometan por inundación, incendio, minas, bombas o explosivos; por medio de venenos o cualquiera otra sustancia nociva a la salud, contagio venéreo, asfixia o enervantes o por retribución dada o prometida; por tormento, motivos depravados o brutal ferocidad”, dice el artículo 315.
Para
ONU Mujeres
estos ataques además de causar daños psicológicos, provocan dolor agudo, infecciones y, a menudo, ceguera en un ojo o en ambos. “Se debe garantizar que las sobrevivientes de ataques con ácido y otros agentes corrosivos tengan acceso a servicios esenciales, incluyendo tratamientos médicos, apoyo socioemocional, asistencia jurídica adecuada y reparación integral del daño. Es necesario reconocer que son formas de violencia en razón de género, asociadas además con la violencia feminicida. Debemos hacer todos los esfuerzos por erradicarlas ya”, puntualiza Belén Sanz, representante de ONU Mujeres en México.
Respecto a la legislación, esta área de las Naciones Unidas propone sancionar a toda persona que cometa un ataque con ácido y a quienes colaboren con esta práctica. Asimismo, sugiere tipificar como delito la venta de ácido sin autorización y los establecimientos que tengan permitido hacerlo deben tener un registro de la identidad del comprador.