“Nunca me sentí incómoda por ser la única mujer hablando de regulación y patentes, porque siempre sentí que mi experiencia fue reconocida por los integrantes debido a que mi área de conocimiento es muy técnica”
La especialista explica que ya había participado en la conformación de estos capítulos de otros tratados comerciales, como el de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), así como en su posterior evolución al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT) y en las renovaciones del TLCUEM, el trato que sostiene México con la Unión Europea desde 1999.
No obstante, sostiene que si bien son conocimientos técnicamente muy específicos, el área de propiedad intelectual es operada con eficiencia y resultados por mujeres sin importar qué industrias estén regulando. Por tanto, sí hubiera deseado y ahora espera que esas mismas mujeres que ya conocen el sistema formen parte y encabecen futuras negociaciones, sobre todo en un contexto en el que la recuperación económica postcovid del país y del mundo es primordial.
“El capítulo de propiedad intelectual es uno de los más importantes y fue uno de los últimos en cerrarse por los puntos críticos, pero dimos argumentos a Ildefonso Guajardo [exsecretario de Economía] para negociar y ganar”, apunta Canales.