Nadine Gasman asegura que el liderazgo de México en este tipo de estudios se debe a varios factores, entre los que destacan a las profesionales de demografía y estadística del Inegi, quienes han estado dispuestas incluir la perspectiva de género en las encuestas.
“Ellas han empujado esos temas que necesitamos medir y anteriormente sólo se sabían empíricamente. Empezó como la medida del uso del tiempo, pero después fue cómo monetizamos esto, qué parte del Producto Interno Bruto es, y ahí nos damos cuenta de la cantidad de horas que las mujeres dedicamos al trabajo del hogar y de cuidados que no es remunerado, cómo se compara con lo que hacen los hombres y cuánto representaría eso si se considerara en el PIB. Ésa es una propuesta de las economistas feministas de hace mucho tiempo”.
Paulina Grobet señala que el conocimiento del mandato normativo de ONU Mujeres y las recomendaciones derivadas de la carta fundamental de los derechos humanos de las mujeres (CEDAW), “han constituido sin duda puntos de partida fundamentales para lograr la operacionalización de los conceptos con fines estadísticos y estandarizar la producción de información a fin de contar con estadísticas comparables al interior de los países y entre los países”.
Los datos con segregación por sexo han sido la clave para entender diversos fenómenos sociales relacionados con la desigualdad entre hombres y mujeres.
La perspectiva de género importa
Desde 1983, México tiene al Inegi , un organismo público autónomo encargado de hacer los censos de población cada 10 años. Pero también realiza encuestas nacionales que han servido para implementar políticas públicas, leyes, campañas e informar a la población sobre cómo está el país en educación, empleo, hogares, violencia, justicia y seguridad.
Un aspecto importante en todas estas encuestas, censos y resultados administrativos es que han sido diseñados con perspectiva de género y hacen visibles las llamadas brechas de desigualdad. “Desde 2012, a través de la Junta de Gobierno, por medio de lineamientos, se incorporó en el Sistema Nacional de Estadística y Geografía de forma que ahora no se puede hablar de que alguno de los productos que elaboramos no lo contenga”, dice Edgar Vielma, director general de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi.
Entre las 17 encuestas que a la fecha elabora este organismo ( regulares y especiales ) son cuatro las que destacan en el diseño de acciones a favor de los derechos de las mujeres: la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares ( ENDIREH ), la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo ( ENOE ), la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo ( ENUT ) y la Encuesta Nacional sobre Discriminación ( ENADIS ).
Con la ENDIREH, uno de los objetivos ha sido medir las diferentes formas de violencia hacia las mujeres tanto en el hogar como en el espacio de trabajo u hospitales. Edgar Vielma explica que la ENOE, por su parte, abarca las brechas diferenciales de participación en el mercado laboral. “Más de 70% de los varones están económicamente activos y las mujeres 43%. Ese tipo de brechas en un país que busca industrializarse, tecnificarse, llama mucho la atención y lo que se desea es saber las causas de esa brecha tan importante, que en otros países similares a México existe, pero es mucho menor”. La ENUT aborda esa temática en profundidad.
La ENDIREH y ENUT son las dos encuestas esenciales en términos de política pública. La primera, recalca Nadine Gasman, es central en el tema de violencia contra las mujeres, y la segunda es “una herramienta central para los temas de empoderamiento económico y cuidados, que ahora se ha vuelto más relevante en nuestra agenda”.
Los datos que arrojan la ENDIREH y la ENUT han servido para hacer campañas, publicaciones, pedagogía, comunicación, crear consciencia y llamados a redistribuir el trabajo en casa. “No es lo mismo decir que las mujeres trabajamos más que los hombres que decir que las mujeres trabajamos 15 horas más que los hombres en trabajos de cuidado a la semana”, dice Gasman.
“Tanto la sociedad como el propio Estado le dan la responsabilidad de los cuidados a las mujeres, esto provoca un desbalance de la falta de oportunidades para poder ser competitivas en el mercado laboral”, asegura Vielma, directivo del Inegi.
Por su parte, la ENADIS aborda la discriminación en un espectro más amplio de población, como la LGBT+. Esta encuesta fue elaborada en 2017 en coordinación con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).