¿Por qué las mujeres querrían verse como si nada pasara?
Mayra Mora, psicóloga clínica y profesora de la Universidad Anáhuac, explica que las mujeres con cáncer viven una presión extra y es la de verse bien, saludables y bellas.
“La imagen corporal es uno de los efectos más estudiados y discutidos sobre este tipo de cáncer, lo que provoca que muchas mujeres transiten por este padecimiento pensando en que deben permanecer bonita, aunque estén enfermas. Y se esfuerzan para verse bien, o por lo menos como antes de empezar con las quimios, porque temen que haya represalias que pueden ir desde miradas incómodas hasta miedo a despidos injustificados”, dice.
Tal fue el caso de Marilú Vader, quien fue despedida luego de recibir el diagnóstico con carcinoma ductal infiltrante etapa 3 A. Asegura que su despido se dio poco luego de comunicar a la empresa en la que trabaja que estaba enferma y lo justificaron con un “recorte de personal”, pese a que dos semanas después de su salida realizaron contrataciones.
“Primero aumenté de peso, perdí cabello, se me descalificaron los huesos, me hinché, perdí dos muelas y mi estómago está muy dañado. Verme al espejo o hablar de cómo me veo puede ser difícil”, comparte.
Mora advierte que la sociedad emite un doble discurso en el que, por un lado, se dice apoyar a los pacientes con cáncer, pero “parece que nadie quiere ver a mujeres enfermas”.
Considera que el acompañamiento que debe darse a pacientes debe ser más integral. “Acompañas a las pacientes a sus consultas o terapias, no sólo al principio; preguntar cómo se sienten o qué necesitan, proporcionar información veraz sólo si alguien lo pide y, sobre todo, comprender que cada mujer vive un proceso distinto. No podemos presionarlas a que se vistan de cierta forma o que opten por cierto tratamiento o cirugía para verse ‘mejor’”, recomienda.
No obstante, acota que es primordial comprender los requerimientos de una paciente y que, si una persona está convencida de que cambiar algo en su físico la hará sentir mejor, nadie tiene por qué cuestionar su voluntad o deseo.
“A ellas les dicen tanto que están viviendo un duelo por todo, que se pierde el sentido original de ese concepto. Aun así, si eso las hace sentir mejor nadie tiene que negárselo. Ya habrá otros espacios y momentos para cuestionar los estereotipos y estándares de belleza que nos imponen a las mujeres”, dice.
Por su parte, Pierina asegura que todos "los rituales" alrededor del físico de una mujer con cáncer no tienen que ver con la banalidad que normas estéticas podrían implicar, sino como parte de un proceso de identificación y acercamiento.
"Muchas veces no hay una mala intención cuando alguien te dice que te verías más bonita si hicieras esto o aquello, para nosotras más bien es como un gesto de hermandad y solidaridad que nos permite saber que entendemos por lo que está pasando la otra", explicó sobre su experiencia al encontrar grupos de contención en los que estaban otras mujeres con cáncer, y que hasta la fecha, mantienen comunicación.