“Entre más te abres a decir 'me duele', 'me afecta', 'necesito ayuda', muchas más manos se tienden”, dice Vietez sobre su propia experiencia. En su caso, tuvo mucha orientación debido a que su tía paterna pasó por lo mismo dos meses antes de su diagnóstico.
Por ello, sostiene la relevancia que tiene para las mujeres expresar sus dudas, miedos, deseos, a partir de un diagnóstico como éste. Entre los beneficios de la verbalización destaca el acceso a información, que de otra forma, no se conocería como que existen "excelentes servicios de salud públicos, como el Instituto Nacional de Cancerología, el Instituto Mexicano del Seguro Social o Centro Médico”, sostiene.
También es más sencillo buscar tratamiento oncológicos y un acompañamiento mucho más integral a favor de paciente que tenga que ver con nutrición, tanatología o la adquisición de seguros médicos.
“Siempre hay gente en el camino que surge y te acompaña, pero transitar es mucho más sencillo cuando nos comunicamos”, sostiene.
Por su parte, la psicóloga Susana Ruíz Ramírez, especialista en cuidados paliativos, afirma que la comunicación es un elemento medular en todas las fases por las que pasa una paciente de cáncer, desde su diagnóstico hasta una etapa clínica avanzada.
Desde su experiencia profesional percibe que es difícil hablar del cáncer, particularmente la verbalización de la palabra es dolorosa porque el concepto aún se asocia a enfermedad grave o muerte probable.
Sin embargo, sostiene que toda la evidencia médica señala que esta enfermedad es una anomalía en la generación de células y puede ser curado si se detecta en etapas tempranas
“Por ejemplo, las pacientes con diagnóstico de cáncer no mencionan la palabra, ni siquiera cuando llegan a terapia conmigo por ese motivo. Y eso puede provocar otro problema como vivir la enfermedad en soledad”, afirma.
La Organización de Naciones Unidas informó que el cáncer de mama fue el de mayor incidencia en 2020, con 2.3 millones de casos nuevos (11.7% del total de casos de cáncer diagnosticados a nivel mundial). Y de acuerdo con el estudio 'La atención psicológica a pacientes con cáncer: de la evaluación al tratamiento', este padecimiento tiene consecuencias psicológicas (ansiedad, depresión, trastornos del sueño) que provocan niveles clínicos de malestar emocional en por lo menos la mitad de las personas que lo padecen.