Si las mujeres no ocupadas recibieran un ingreso por realizar esta actividad, dice, la masa salarial en el primer trimestre de 2020 hubiese sido de 112,869 millones de pesos más alta; esto equivale a más de 33%.
Esta cifra es mayor al aumento que Pemex recibió entre 2020 y 2021. Es tres veces el presupuesto asignado al Tren Maya en 2021, el doble de lo aprobado para Dos Bocas y equivale a cinco veces el presupuesto destinado al Aeropuerto de Santa Lucía.
Katia Guzmán Martínez, politóloga, investigadora y coordinadora de datos de México ¿cómo vamos?, agrega que las mujeres en pobreza laboral ascendieron a 46%; los hombres, a 42.5%. Pero no todos perdieron por igual. Los efectos de la pandemia también produjeron mayores desigualdades en dimensiones como la edad, el nivel educativo y el ingreso.
Durante la presentación del estudio, Guzmán explicó que las personas con un menor ingreso per cápita perdieron en mayor magnitud y se recuperarán menos rápido que aquellas con mayores ingresos per cápita. Similar al comportamiento en ingresos, por nivel de escolaridad las más afectadas son aquellas personas con educación básica o menor a ésta.
Según la investigación, la brecha laboral aumentó en casi 10 millones de personas que deseaban trabajar o querían trabajar más horas, pero no hallaron un empleo por la contracción económica de México. Mientras que la suma total de ingresos percibidos por los trabajadores del país cayó lo equivalente al 2% del Producto Interno Bruto (PIB), considerando que, entre el primer y el tercer trimestre del año pasado, 4,341, 271 mexicanos perdieron su trabajo.
“Poco menos de la mitad de los mexicanos que se quedaron sin empleo han logrado reincorporarse a la vida laboral, sin embargo, vemos que la mayoría ahora está en la informalidad”, comenta Guzmán.