Quizá lo más preocupante es la percepción, y la desafortunada realidad, de que participar en esta conducta no tendrá consecuencias reales. De hecho, entre las mujeres que han experimentado insinuaciones sexuales no deseadas en el lugar de trabajo, casi todas informaron que los acosadores suelen quedar impunes.
La gran mayoría de los reclamos por acoso sexual en Estados Unidos se llevan a cabo a través de los tribunales civiles y el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964. A diferencia del enjuiciamiento bajo la ley penal, los demandantes civiles pueden demandar por daños y perjuicios y la carga de la prueba es menor en estos casos.
Además, los casos penales generalmente requieren una conducta más atroz, como una agresión sexual, aunque algunas reclamaciones pueden proceder en ambos tribunales. Según el Título VII, las víctimas de acoso pueden demandar a su empleador por conducta sexual que se considere no deseada, grave o generalizada. No obstante, la Corte Suprema se ha vuelto cada vez más conservadora bajo el presidente del Tribunal Supremo John Roberts y en consecuencia agregó obstáculos procesales adicionales para todas las víctimas de discriminación laboral, incluidas las que presentan demandas por acoso sexual.