5. Violencia sexual: obligar a una mujer, sea pareja o no, a participar en una actividad sexual o a tener un contacto genital o no genital que la haga sentir insegura y donde no medie consentimiento.
6. Violencia Institucional: los actos u omisiones de las y los servidores públicos de cualquier orden de gobierno que discriminen o tengan como fin dilatar, obstaculizar o impedir el goce y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, así́ como su acceso a las políticas públicas destinadas a prevenir, atender, investigar, sancionar y erradicar los diferentes tipos de violencia.
7. Violencia política: es toda acción u omisión, basada en elementos de género y ejercida dentro de la esfera pública o privada, que tenga por objeto o resultado limitar, anular o menoscabar el ejercicio efectivo de los derechos políticos y electorales de una o varias mujeres, el acceso al pleno ejercicio de las atribuciones inherentes a su cargo, labor o actividad, el libre desarrollo de la función pública, la toma de decisiones, la libertad de organización, así́ como el acceso y ejercicio a las prerrogativas, tratándose de precandidaturas, candidaturas, funciones o cargos públicos del mismo tipo.
Son muchas las formas de ejercer violencia y, por desgracia, en su gran mayoría las hemos normalizado, tanto hombres como mujeres, desde nuestra infancia. Desde violencias sutiles como las de estereotipos, hasta formas más claras como la negación de la violencia misma o la violencia física.
Por supuesto que corresponde a todos los niveles de gobierno implementar políticas públicas que de raíz rompan estos ciclos de violencia y también terminar con la impunidad que existe ante estos actos. Erradicar las violencias institucionales y la falta de apoyo a las mujeres que son víctimas.
25 N: 10 datos sobre la violencia contra las mujeres en México
Pero esto no solo es un trabajo de la autoridad, nos toca a todas y a todos visibilizar estas violencias, señalar a los agresores y ayudar a las víctimas a salir adelante. Tomando en cuenta que la parte medular está en la educación, debemos deconstruirnos y educar a nuestras niñas y niños para que sepan reconocer, así como evitar estas acciones.
A través de la educación podemos lograr que el machismo sea erradicado y que no se sientan con el derecho a decidir sobre las mujeres. Pero esta tarea nos toca a todas y todos. ¿Cómo contribuyes a terminar con la violencia contra las mujeres?
Nota del editor: Jimena Cándano estudió la licenciatura de Derecho en la Universidad Iberoamericana. Obtuvo el grado de Maestría en Administración Pública con enfoque en Desarrollo Comunitario y Transformación Social en la Universidad de Nueva York. Actualmente es la Directora Ejecutiva de la Fundación Reintegra. Síguela en
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. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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