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Las mujeres y la búsqueda de la perfección

Pienso que este miedo al fracaso, o miedo a lo que los demás piensan de mí, nos paraliza, nos impide avanzar, nos impide intentar algo en lo que podría ser buena, analiza Eva Selene Hernández Gress.
mar 17 agosto 2021 12:07 AM

(Expansión Mujeres) - Qué lección nos ha dado a todas las mujeres Simone Biles, quien abandonó la final por equipos de la gimnasia artística. Entre las razones que argumentó destacan: “Tenemos que proteger nuestras mentes y nuestros cuerpos, y no solo salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos" y: “Ya no confío en mí misma, quizás esté envejeciendo”. Biles ganó cuatro medallas de oro en los olímpicos de Río y es considerada por muchos la mejor gimnasta de la historia.

Me llama mucho la atención la frase en donde dijo “no solo salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos”. Haciendo una analogía con el mundo de Simone Biles, parece que para las mujeres, entre más acumulamos medallas, en lugar de confiar cada vez más en nosotras mismas, vamos cargando una mochila más pesada, más difícil de cargar.

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Ya no solo es salir y hacer lo que nos dedicamos, y que nos debería hacer felices, sino cumplir las expectativas de los demás. Reflexionando, ¿sí será que los demás esperan tanto de mí, que logre tanto o es algo que yo misma me he impuesto?, ¿debo ser la mejor hija, la mejor esposa, la mejor madre, la mejor profesionista, la mejor en todo lo que hago? Y cada que me impongo estándares más altos abandono mi paz, mi estabilidad mental e incluso mi salud física; y eso me hace más débil cuando debería ser más fuerte.

No saben cómo me sentí identificada con: “…quizás esté envejeciendo”, también me siento así. No sé ustedes, pero ya estoy en una edad en donde la gente que me rodea espera que recomiende, que resuelva, que tome decisiones y siempre temo fallar. ¿Qué va a decir mi familia, mis conocidos, la gente que ha creído en mí, si fallo? Por eso me siento tan identificada con Simone, no abandonó porque era mala en gimnasia, abandonó por creer no ser suficiente para cumplir con las expectativas de los demás.

¿Será que las mujeres tememos fallar más que los hombres? Me encontré un estudio del Centro para el Liderazgo de las Mujeres, del Babson College, en Reino Unido, que se realizó en 41 países de Europa/Asia y Latinoamérica/Caribe, y las mujeres manifestaron más miedos al emprender un negocio que los hombres y más miedo al fracaso. Pienso que este miedo al fracaso, o el miedo a lo que los demás piensan de mí, nos paraliza, nos impide avanzar, nos impide intentar algo en lo que podría ser buena o más aún, en lo que he demostrado anteriormente ser buena.

Por eso afirmo que es una gran lección la que nos dio la gimnasta al abandonar no importando lo que pudieran decir los demás, pero me pregunto si en lugar de abandonar, hubiera salido a disfrutar sin miedo a fallar, por el solo placer de hacerlo, no para cumplir los estándares de nadie ni los propios (que a mi parecer son los más altos) solo para ser ella misma; estoy segura de que hubiera hecho un gran papel.

Cuando aprendía a nadar me dijeron que el miedo lo iba a superar nadando, el haber aprendido es algo que me da mucho orgullo, porque lo hice con 23 años y era uno de mis grandes miedos, morir ahogada; después de recordarlo, he estado pensando que el miedo a fallar se debe quitar fallando una y otra vez. Adicionalmente, si reconozco mis propias limitaciones, sin autoexigirme tanto, podré ser más comprensiva con las limitaciones de los demás, podré animarlos a intentarlo.

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Algo también que se me quedó grabado de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 es el arte del kintsugi, que es la práctica de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro, no esconderlas, sino hacerlas evidentes.

A veces nuestros mayores temores radican en mantener una “fachada” sin fracturas, sin errores, y esto es imposible de sostener; mejor reparemos con oro nuestros errores, seamos más compasivas con nosotras mismas, dejemos que otras vean que somos “vulnerables” y tal vez animemos a otras mujeres a intentar lo que se proponen.

Nota del editor: Eva Selene Hernández Gress es profesora investigadora en el Tec de Monterrey. Es Doctora en Ciencias en Ingeniería Industrial y tiene más de 15 años de experiencia realizando investigación que involucran proyectos de problemas clásicos de ingeniería industrial. Síguela en Facebook . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

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