Su segunda adquisición –en 2021– fue de la empresa ObsEva, con un producto para prevenir el parto prematuro. “Es una molécula en la que estamos trabajando en Estados Unidos, en un proceso que toma varios años de investigación pero que –de confirmarse– será una innovación de primera clase para esta condición, que es bastante común y grave, y que no tiene suficientes tratamientos”.
Recientemente Organon también compró a Forendo, una empresa pionera en desarrollar tratamientos tempranos para la endometriosis.
En otra forma de expansión, Organon diversificó su portafolio con una licencia de Daré Bioscience, con un medicamento para el tratamiento de la vaginosis bacteriana, que puede ser usado por mujeres a partir de los 12 años de edad.
También sostiene una colaboración con Cirqle Biomedical, para investigar de manera conjunta un nuevo anticonceptivo no hormonal, on demand. Se trata de un método de barrera, temporal. “Es una opción muy importante, ya que escuchando a las mujeres sabemos que tanto ellas como los hombres buscan, cada vez más, opciones anticonceptivas que no impliquen tratamientos hormonales”, detalla Millingan.
En México, Organon posee una planta donde manufactura medicamentos que exporta a varios continentes, en particular hacia otros países latinoamericanos y Canadá. Es así como no solamente beneficia a las pacientes mexicanas con su portafolio de soluciones, sino que genera empleos y posiciona al país dentro de la producción farmacéutica, concluye Sandy Milligan, una de las pocas mujeres que hace ciencia dentro de la industria farmacéutica: todo sea para enfocarse en mejorar la salud de mujeres a lo largo de su vida.