Cómo prepararte para ser consejera
Lo primero que entendí es que tenía que ser muy vocal respecto a lo que quería. Todas las personas que me conocían en espacios laborales y personales, colegas, amigos, contactos, todos, absolutamente todos sabían que quería ser consejera. Entonces, las primeras referencias que me hicieron la gente que conocía en el sector financiero me permitieron formar parte de consejos de bancos comerciales y banca de desarrollo como Bancoppel o Nacional Financiera.
Con años de experiencia, refrendo que cualquier interacción que tienes con gente relacionada [es importante], porque varias de esas oportunidades llegaron a través de contactos que me conocían y sabían mi objetivo, pero también conocían mi trayectoria y el valor que le pudiera aportar a una empresa.
Lo segundo en mi preparación fue acceder a varias organizaciones que tienen relación con consejos, como The 30% Club, el Comité Ejecutivo de 50/50 Women on Board, la Red de Consejeros México EY Center for Board Matters y de MBA Mujeres de México, A.C., Women Corporate, Stanford Women on Board, etc., pues además de realizar eventos que te son útiles para hacer networking, te enteras de primera mano de oportunidades o vacantes que publican a través de estas plataformas. Además, ofrecen webinars y otro tipo de educación que son esenciales para aprender habilidades que requiere una consejera además de la experiencia propia de un ramo en particular.
Recientemente, las oportunidades han subido más por la búsqueda profesional de headhunters a los que me he acercado para promover mi perfil con base en las necesidades de las empresas, pero también de los objetivos que yo tengo en mente. Por ejemplo, con PayJoy se dio un “match” inmediato porque el año pasado me puse como meta estar en un consejo de una empresa internacional, y ellos están basados en California. Pero además, me encantó su misión porque quieren dar acceso al crédito al siguiente billón de personas en países emergentes. Ahí llegué por un headhunter, pero se alineó a lo que puedo ofrecerles y el impacto que me interesa generar, todo se alineó.
Al final es buscar los canales adecuados para abrirte paso y darle difusión a lo que quieres y saber hacer.
En este camino, además de agregar valor y trabajar con gente comprometida en que su labor tenga influencia más allá de una sola empresa, también me he topado con circunstancias fuera de mi control que me han hecho tocar más puertas y aprender sobre resiliencia.
Recuerdo una ocasión en la que intenté formar parte del consejo de una empresa cuyo giro es distinto al mundo bancario y de análisis de riesgo en el que me he desempeñado por mucho tiempo, y no se pudo porque simplemente lo que yo sabía no era lo que ellos necesitaban; además, las personas relacionadas con la toma de decisión no me conocían.
Más mujeres consejeras
Creo que cuando hablamos de la participación de las mujeres en los consejos, el enfoque debe cambiar y evolucionar más allá de las medidas afirmativas que sí son necesarias, pero no suficientes. Me explico: no basta con decirle a las mujeres cómo prepararse, porque no las escogen; no basta que que pongan cuotas si una vez que las mujeres llegan a los consejos no se sienten escuchadas ni su conocimiento es valorado.
Para ello, las empresas deberían empezar a considerar otros factores como las habilidades transferibles entre sectores porque al final todos necesitan expertas en ciberseguridad, gobernabilidad corporativa, políticas de equidad y diversidad, todo para hacer a las empresas más institucionales.
Y ya sea como financiera o como empresaria, he sabido agregar valor a las empresas de los consejos en los que he participado al anticiparme no sólo a riesgos, sino futuras necesidades como lo hice entonces con el desarrollo de analíticos, pues sin importar el giro en el que estén, toda compañía buscar ser rentable y sustentable en el tiempo además de cumplir con los retos a corto plazo.