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¿Qué necesitan las trabajadoras sexuales para ejercer su labor?

El trabajo sexual enfrenta estigmas que obstaculizan la obtención de mejores condiciones laborales y de salud para este tipo de actividades.
mié 12 enero 2022 05:59 AM
¿Qué necesitan las trabajadoras sexuales para ejercer su labor?
¿Qué necesitan las trabajadoras sexuales para ejercer su labor?

Irene Valdivia es una mujer trans de 26 años que practica el trabajo sexual desde hace cuatro años y para ella, ejercer su sexualidad como ocupación fue la opción más viable, pues a pesar de que sufrió discriminación por su identidad sexual, ningún otro empleo le ofreció los recursos económicos y condiciones de flexibilidad como la prostitución.

"Cuando iba a entrevistas presenciales me decían que no sabían qué harían conmigo si algún cliente se quejaba, nunca me pondrían en aparadores de tiendas departamentales o tampoco me dejarían como docente en alguna escuela", cuenta.

Después de cuatro años afirma tener en claro cuáles son los elementos que deben existir en la prostitución para desempeñarla como cualquier otro empleo formal.

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La principal condición para que suceda es que México debe contar con marco legal donde el trabajo sexual no sea una práctica perseguida ni punible. Hasta 2014, el artículo 205 del Código Penal consideraba una sanción de entre 5 y 12 años de cárcel a quien promoviera, facilitara, consiguiera o entregara a una persona con el fin de ejercer la prostitución dentro o fuera del territorio nacional. Fue el 14 de enero de ese año que el Juzgado Primero de Distrito en Materia Administrativa en el entonces Distrito Federal reconoció a la prostitución como una forma de empleo.

Y aunque el objetivo de la sanción, en parte, también estaba relacionada con el combate a la trata de personas, dejó en un estado de ilegalidad y vulnerabilidad a quienes optaron por el trabajo sexual como una vía para generar ingresos propios con total consentimiento.

Existen instituciones como el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de Ciudad de México (COPRED) que ya reconocen la autonomía de quienes deciden sobre su propio cuerpo y que, en consecuencia, optan por el trabajo sexual.

Sin embargo, para que exista un marco legal que ofrezca plenitud en el ejercicio de la prostitución se deben incluir a instituciones de carácter federal que tengan que ver con la regulación del empleo como el IMSS, ISSSTE, así como de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) e Inmujeres, de acuerdo con la abogada Alejandra López, directora de la Agencia Estrategia, que se especializa en políticas públicas.

"Una parte importante es combatir el estigma y por eso es positivo que se sumen órganos como Copred o Conapred, pero para ser reconocido como un trabajo legal se necesita el respaldo de las dependencias que existen para proteger al trabajador", dijo Irene Valdivia.

Además, eso contribuiría a establecer una tarifa mínima para garantizar que ninguna trabajadora malbarate su trabajo, así como a obligar a establecimientos (como hoteles y moteles) a ofrecer condiciones mínimas de seguridad necesarias para las trabajadoras, señaló.

En entrevista con Expansión Mujeres, Valdivia dijo que como segunda necesidad una estrategia específica para combatir la trata de personas, pero que para su construcción se considere la experiencia de las trabajadoras sexuales y las necesidades de las víctimas.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos define a la trata de personas como la explotación sexual o trabajos forzados de una persona por otra por un medio violencia física o moral, engaño o el abuso de poder. Y Arun Kumar, integrante del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autónoma de Nuevo León explica que la trata de personas en México es parte de un problema global, pues de 10 personas secuestradas, 3 son trasladadas fuera del país.

Según Kumar, frecuentemente se vincula la trata de personas con la prostitución, pero no tienen que ver. Legalmente es necesario que para considerarse prostitución, la persona lo ejerce de forma voluntaria; se ejerce de distintas formas: en la vía pública, en algún establecimiento mercantil o inclusive vía internet

Como tercer elemento, Irene Valdivia señala el acceso a salud como un grupo demográfico que ejerce una labor de riesgo. En primer lugar, en Morelia no cuenta con acceso a los tratamientos hormonales que tiene que tomar en Ciudad de México pese a que ella misma pagó un seguro facultativo para ser atendida por el sistema público de salud.

"Mi 'mamá trans`' me cuidaba y orientaba, me enseñó a hacerlo de forma segura, pero ir a revisiones médicas y decir a qué te dedicas es un problema".

En el mismo sentido, Arleth Palestina, abogada y representante de Brigada Callejera (organización civil sin fines de lucro, apartidista y laica, integrada por trabajadoras sexuales) dice que el mayor pendiente que las mujeres tienen es contar con atención médica, la cual incluye la obtención de preservativos que evitarán no sólo embarazos no deseados, sino también el contagio de enfermedades de transmisión sexual.

Brigada Callejera surgió hace 24 años a raíz de una investigación para la tesis de estudiantes de Sociología de la UAM, desde entonces ha sido una red de apoyo para mujeres que optaron por esta vía para sostenerse a sí mismas y a sus familias.

"En el mayor de los casos, ellas son quienes mantienen a su familia porque son madres solteras. Pero es difícil para ella no tener seguro social, porque sus hijos tampoco tienen", dijo.

Exhorta además, que la inclusión de las trabajadoras sexuales al sistema de salud tiene que ser a nivel federal, puesto que las redes de organización civil no siempre cubren todo el territorio mexicano; en el caso de Brigada Callejera tienen presencia en 24 estados de la República.

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Valdivia consideró como el cuarto factor esencial para un ejercicio seguro de la sexualidad como ocupación el combate activo y público al estigma contra personas que se dedican a ello.

En su experiencia, cuenta que haber contado con una red de protección y apoyo conformada por otras mujeres trans le permitió conocer las reglas que establecieron trabajadoras sexuales en cierta área de Morelia, ciudad en la que reside y trabaja, con el consentimiento de vecinos.

"Hay horarios y zonas en los que no podemos trabajar porque hay niños en la colonia, pero nadie de la comunidad puede agredirnos. Y nunca lo han hecho, al contrario, con el tiempo te encuentras con casos de vecinos que saludan, nos ubican, e incluso nos han ofrecido ayuda como darnos refugio en un día de lluvia. Al final compartimos un espacio y ahora sé que es posible hacer ese tipo acuerdos y v`ínculos con respeto", dijo.

Sin embargo, también está el juicio que pueden emitir personas conocidas o familiares de las trabajadoras sexuales.

"Yo sé que a mi familia no le encanta lo que hago, pero fui muy clara cuando les dije que lo haría, puse límites sobre qué pasaría si no respetaban mi decisión y lo entendieron. Sé que es difícil, pero se puede. Otra personas de plano sí se alejaron, incluso antes de saber que me dedicaba al trabajo sexual, sino cuando supieron que iniciaría mi transición como mujer, pero mejor, porque es necesario que trabajadora sexual o no, cuides tu salud mental", contó Irene Valdivias.

Hablar sobre la prostitución para romper estigmas

El próximo 13 de enero iniciará un proyecto cultural llamado, ESCORTita la vida (recital grosero).
El fin de la obra es hacer una revisión, incómoda y cómica, de la vida de las trabajadoras sexuales en México.

En entrevista con Expansión Mujeres, "ladelcabaret", escritora, directora y actriz del proyecto, cuenta que su mayor expectativa es señalar y desarmar los prejucios que existen alrededor del trabajo sexual, el cual considera una forma de vivir.

"Las condiciones en que las mujeres ejercen el trabajo sexual son distintas en cada país y cada mujer que lo hace porque no es lo mismo que ser una trabajadora sexual de 60 años en la Merced, que ser scort universitaria, pero eliminar el estigma es el primer paso", dijo.

Para la actriz, hablar sobre el trabajo sexual es una forma. Cuenta que las reacciones de la gente son muy variadas, pues aunque se presentará por primera vez en el Teatro de la Ciudad de México, es un proyecto que nació en la calle con la coautoría de Minerva Valenzuela.

"Hay personas que se cierran, otras que tienen curiosidad sobre cosas muy tontas. Pero definitivamente es una buena oportunidad porque es un tema sobre el que todo mundo tiene dudas y prejucios", afirmó.

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