“25% de las personas en Quintana Roo que tenía un pago con la hipoteca tuvo problema para cumplir con ellos”, dijo en entrevista Vielma.
Lo atribuye a que el sector terciario (servicios) tiene contacto directo con cliente más que lo que lo tiene otro rubro económico como la agricultura.
Explica que a diferencia de esas regiones, no fue el caso de Guerrero, Oaxaca ni de Chiapas, que aunque cuentan con mayor índice de pobreza, al estar dedicadas a la agricultura resistieron mejor el embate que aquellas abocadas al cliente directo y donde viven una gran parte de la comunidad afromexicana del país, que en total contempla la existencia de al menos 1,297,617 de mujeres que se autodenominan afrodescendientes.
No obstante, el panorama no fue mejor para las mujeres afromexicanas que viven en las costas del Pacífico, pues su situación antes de la pandemia ya era precaria, sostiene Beatriz Amaro, integrante de la colectiva de Mujeres Afromexicanas de la Costa Chica de Oaxaca y Guerrero (Muafro).
“La pandemia del COVID 19 ha puesto en evidencia el racismo estructural y las profundas desigualdades que enfrentan Pueblos y comunidades afromexicanas, debido a la invisibilidad histórica no existen datos desagregados sobre la proporción de personas afromexicanas afectadas por la enfermedad”, advierte.