E: ¿Cómo describirías tu experiencia como tesorera de Estados Unidos, uno de los puestos de mayor injerencia en el país?
Rosie Ríos: Definitivamente, mi experiencia fue una de esas oportunidades que suceden una vez en la vida. Antes de mi nominación, era la directora gerente de Inversiones de una firma de gestión de inversiones de 22,000 millones de dólares con sede en San Francisco. Nunca pensé que trabajaría para el gobierno federal de Estados Unidos, pero en noviembre de 2008, durante el apogeo de la crisis financiera, me pidieron ser parte del equipo de transición del Tesoro en nombre de la Administración Obama. Nuestro rol fue trabajar con la Administración Bush para implementar la legislación que el Congreso acababa de aprobar para rescatar la economía. De esa forma, cuando el presidente Obama asumiera el cargo en enero de 2009, podríamos empezar a trabajar de manera acelerada.
De las aproximadamente dos docenas de personas que estábamos en el equipo de transición del Tesoro, siete de nosotros fuimos solicitados a servir permanentemente en la Administración. Yo fui una de ellas. Elegí la posición de Tesorera de los Estados Unidos, sobre todo para trabajar en el rediseño de la moneda de nuestra nación para poner el retrato de una mujer por primera vez en el siglo. Además, fui la primera Tesorera en tener en mi portafolio de responsabilidades a 4,000 empleados de la Oficina de Grabado e Impresión y la Casa de la Moneda de Estados Unidos, además de ser asesora senior del Secretario del Tesoro y Presidenta del Comité Directivo de Disuasión de Falsificación Avanzada. Permanecí en mi puesto hasta 2016 y recientemente terminé mi tarea en el equipo de transición del Tesoro para la Administración Biden.
E:¿Qué experiencias recuerdas más?
RR: Fui la primera mujer en el Tesoro en ser confirmada por el Senado en la Administración Obama. De hecho, fui la única mujer confirmada en 2009, uno de los tiempos más difíciles de nuestra historia económica. Y hubo varios obstáculos, pero siempre los vi como oportunidades. En marzo de 2010, con el apoyo de mi jefe, el Secretario Geithner, convocamos nuestro primer Simposio de Mujeres en Finanzas (Women Finance Symposium) que se enfocó en temas económicos clave y el camino hacia la recuperación. Para el primer panel, invité a mujeres tomadoras de decisiones prominentes en la administración como Christina Romer, presidenta del Consejo de Asesores Económicos; Sheila Bair, presidenta del FDIC; Mary Schapiro, presidenta de la SEC, y Elizabeth Warren, en ese momento presidenta del Panel de Supervisión del Congreso y luego la Oficina de Protección Financiera del Consumidor.
En el segundo panel participaron mujeres del sector privado hablando sobre temas similares. La agenda no incluyó género o el balance entre la vida laboral y personal, sino cómo estas líderes se hacen cargo en sus áreas críticas de responsabilidad. Fue tan bien recibido que llegó a ser portada de la revista Time en mayo, que mostró quiénes eran las nuevas tomadoras de decisiones de la economía y en los primeros párrafos remarcó el Simposio del Tesoro y las conversaciones que tuvimos. Esto me motivó muchísimo en mi camino hacia apoyar a más mujeres.