México podría presumir que Arturo Herrera, su secretario de Hacienda, participa en el Consejo Consultivo del Banco Mundial para asuntos de género y desarrollo. También que es uno de los pocos países que cuenta con un apartado en su presupuesto federal como el Anexo 13, destinado únicamente a combatir la desigualdad por género que azota al país. Sin embargo, aún no existe un sistema de cuidados universal, no hay guarderías o estancias infantiles públicas en el país.
“Tenemos que empujar políticas públicas que estén informadas con evidencia, con objetivos específicos de igualación de oportunidades entre hombres y mujeres. Y si este gobierno dice que los pobres son su prioridad, no hay forma de no pensar con perspectiva de género porque el perfil de las carencias en México es un perfil muy femenino en México”, dijo Claudia Maldonado, quien es profesora-investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y también forma parte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Coneval publicó en 2018 el informe Pobreza y Género en México: hacia un sistema de indicadores, el cual muestra que una de las manifestaciones de las brechas de género tiene que ver con el tiempo que mujeres destinan al trabajo de cuidados no remunerado, en contraste con los hombres, diferencia que Coneval estima de por lo menos 20 horas: las mujeres destinan 22 horas semanales a quehaceres domésticos, mientras que los hombres solo realizan 2.5 horas. Y en el caso de cuidados las mujeres dedican por lo menos 50 horas semanales.