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"El silencio sobre la menopausia es el mayor obstáculo para la equidad laboral."

Graciela Rojas, directora de "Sin Reglas", resalta la urgencia de implementar políticas de sensibilización y apoyo para las mujeres en menopausia, transformando el silencio en acción inclusiva.
mar 10 diciembre 2024 08:10 AM
En México, hay 24 millones de mujeres en alguna etapa de la menopausia y, para 2030, esta cifra crecerá a 27 millones. Sin embargo, el 80% de la población no sabe lo suficiente sobre esta fase de la vida.
En México, hay 24 millones de mujeres en alguna etapa de la menopausia y, para 2030, esta cifra crecerá a 27 millones. Sin embargo, el 80% de la población no sabe lo suficiente sobre esta fase de la vida.

Llegas al trabajo después de una noche sin dormir, con un sofoco inesperado en medio de una junta importante. Mientras intentas concentrarte, percibes las miradas incómodas de tus colegas y, quizá, un comentario “en broma” sobre tu edad. Es la realidad de muchas mujeres que atraviesan la menopausia, una etapa natural que, a pesar de su universalidad, sigue siendo un tabú.

En México, hay 24 millones de mujeres en alguna etapa de la menopausia y, para 2030, esta cifra crecerá a 27 millones. Sin embargo, el 80% de la población no sabe lo suficiente sobre esta fase de la vida. En un entorno laboral que frecuentemente premia la productividad sin pausas y la juventud sobre la experiencia, este desconocimiento se traduce en discriminación, falta de políticas inclusivas y pérdida de talento valioso.

La menopausia no es un fenómeno individual,sino colectivo. No se trata solo de bochornos, insomnio o cambios de humor, sino de cómo estas experiencias afectan las dinámicas laborales, familiares y sociales.

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Estudios internacionales como los realizados en Reino Unido estiman que la menopausia cuesta a las economías miles de millones en productividad perdida. En México, aunque no existen cifras exactas, el impacto es evidente: la fuga de talento femenino entre los 45 y 55 años, una etapa crítica en las carreras profesionales, representa una pérdida enorme para las empresas.

¿Por qué sigue siendo un tema incómodo? Las razones son múltiples. Para muchas mujeres, hablar de menopausia en el trabajo es exponerse a juicios, burlas o comentarios paternalistas. Según la organización “Sin reglas”, dedicada a la atención integral de la menopausia, con el objetivo de cerrar brechas de información, atención médica y políticas inclusivas en el ámbito laboral y social, un 11% de las mujeres mayores de 39 años ha reportado recibir bromas incómodas relacionadas con su edad; un 5% asegura que sus ideas no son tomadas en serio debido a la percepción de que “ya no entienden la tecnología” o “no son innovadoras”.

Este tipo de microagresiones, sumadas a los desafíos físicos y emocionales de la menopausia, generan un cóctel explosivo de estrés, frustración y agotamiento. Los síntomas de la menopausia tienen un impacto directo en el trabajo. Dificultades para dormir, pérdida de memoria y bochornos son algunas de las manifestaciones más comunes, pero también las más incomprendidas.

Mientras que en países como Reino Unido se han implementado licencias específicas, campañas de sensibilización y adecuaciones en los espacios laborales, en México apenas el 12% de las mujeres afirma que en su lugar de trabajo existen políticas relacionadas con esta etapa de la vida.

La falta de apoyo institucional no solo afecta la calidad de vida de las mujeres, sino también su autoestima y su sentido de pertenencia. Muchas terminan renunciando a sus trabajos, un fenómeno conocido como “la gran renuncia”. Aunque esta decisión puede ser presentada como “personal”, la realidad es que refleja un sistema que no está diseñado para responder a las necesidades de mujeres en la cúspide de sus carreras.

Las soluciones existen, pero requieren un cambio cultural profundo. En Reino Unido, iniciativas como “Menopause Friendly Workplace” han demostrado que hablar abiertamente sobre el tema y ofrecer apoyo práctico no solo beneficia a las empleadas, sino también a las empresas. En México, organizaciones como Sin Reglas están liderando esfuerzos para visibilizar la menopausia y brindar herramientas a las mujeres y sus empleadores. Sin embargo, el camino por recorrer es largo.

Gabriela Rojas, directora de Sin Reglas, se dedica a reflexionar y resolver los desafíos y oportunidades de abordar la menopausia en el entorno laboral.

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¿Por qué la menopausia sigue siendo un tema tabú en el entorno laboral?

Es un tema tabú porque históricamente ha estado invisibilizado. Durante décadas, la menopausia se asoció con el “final” de la vida de las mujeres, cuando la esperanza de vida era mucho menor que ahora. Hoy sabemos que una mujer puede pasar entre un tercio y la mitad de su vida en alguna etapa de la menopausia. Sin embargo, persiste la idea de que es algo vergonzoso o “personal” que no debe ser discutido en público, mucho menos en el trabajo.

Además, hay una gran falta de educación al respecto. Muchas mujeres no saben qué esperar de la menopausia hasta que la están viviendo. Y cuando intentan hablar de sus síntomas, temen ser juzgadas o vistas como menos capaces. Es un círculo vicioso de silencio, estigma y desinformación.

¿Cómo afecta la menopausia la productividad y el bienestar de las mujeres en el trabajo?

De muchas maneras. Primero, están los síntomas físicos y emocionales: insomnio, ansiedad, cambios de humor, bochornos… Todo esto impacta la capacidad de concentración y la energía, y puede hacer que las mujeres sientan que no están rindiendo al 100%. Esto no solo afecta su percepción personal, sino también cómo las ven sus colegas y jefes.

Luego están los factores externos. Muchas oficinas no están diseñadas para mujeres en menopausia: la falta de ventilación adecuada, el estrés constante, la imposibilidad de tomar pausas. Además, hay actitudes que refuerzan el estigma, como bromas sobre la edad o la idea de que una mujer en esta etapa “ya no es innovadora”. Todo esto puede llevar a que las mujeres pierdan confianza en sí mismas, se ausenten más o incluso decidan renunciar.

¿Qué impacto económico tiene la “gran renuncia” de mujeres entre 45 y 55 años?

Es enorme. En Reino Unido, por ejemplo, se pierden 14 millones de días laborales al año debido a la menopausia, lo que equivale a 2,492 millones de dólares. En Canadá, el costo anual para la economía es de 2,500 millones de dólares. Y según Forbes, el impacto global de la menopausia en términos de productividad perdida y costos de salud asciende a 810,000 millones de dólares.

En México, todavía no hemos cuantificado el impacto, pero es evidente que la fuga de talento femenino en esta etapa está afectando a las empresas y a la economía en general. Necesitamos cifras claras para dimensionar el problema y justificar las inversiones en políticas de inclusión.

¿Qué pueden aprender las empresas mexicanas de iniciativas internacionales como “Menopause Friendly Workplace”?

Lo primero es que hablar abiertamente sobre la menopausia no es un lujo, es una necesidad. En Reino Unido, por ejemplo, han implementado políticas como licencias específicas, horarios flexibles y adecuaciones en los espacios de trabajo. También han llevado a cabo campañas de sensibilización para educar a toda la plantilla, incluyendo a los hombres y a los trabajadores más jóvenes.

Estas iniciativas han demostrado que apoyar a las mujeres en esta etapa no solo mejora su calidad de vida, sino que también reduce el ausentismo, aumenta la productividad y fortalece la cultura organizacional. En México, podríamos empezar con pequeños pasos, como talleres de sensibilización y ajustes en las políticas de recursos humanos.

¿Por qué la falta de atención a la menopausia es un obstáculo para la equidad de género en las empresas?

Porque perpetúa la idea de que las mujeres son “menos capaces” o “menos valiosas” después de cierta edad. Esto no solo afecta a las mujeres en menopausia, sino también a las generaciones más jóvenes, que ven un techo de cristal aún más difícil de romper. Si queremos verdaderamente igualdad de género en el trabajo, necesitamos reconocer que las mujeres atraviesan diferentes etapas en su vida y que cada una de ellas merece ser apoyada y valorada.

10 consejos para detectar y defenderte del estigma laboral en la menopausia

  1. Infórmate y comparte: Aprende sobre la menopausia y comparte información con tus colegas y superiores para desmitificar el tema.
  2. Documenta tus síntomas y experiencias: Lleva un registro de cómo te afectan los síntomas para identificar patrones y posibles soluciones.
  3. Habla con recursos humanos: Si tu empresa no tiene políticas inclusivas, sugiere la implementación de programas de apoyo.
  4. Crea redes de apoyo: Busca colegas que estén pasando por lo mismo y trabajen juntas para promover el cambio.
  5. Exige espacios adecuados: Pide mejoras en la ventilación, acceso a agua y espacios para descansos breves.
  6. Busca ayuda médica integral: Consulta con especialistas que puedan ayudarte a manejar los síntomas de manera efectiva.
  7. Denuncia microagresiones: No toleres comentarios o actitudes discriminatorias; repórtalas a las instancias correspondientes.
  8. Proporciona ideas constructivas: Propón talleres de sensibilización y educación sobre la menopausia.
  9. Aprovecha tus fortalezas: Enfócate en tus habilidades y experiencia; no dejes que el estigma afecte tu autoestima.
  10. Lidera el cambio: Si estás en una posición de liderazgo, usa tu influencia para promover un entorno laboral inclusivo.
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