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Equidad de género en el trabajo: ¿Avanzas o simulas?

Brechas salariales, liderazgos limitados y desigualdad en plantas son retos. Diagnósticos y justicia restaurativa son claves, pero el cambio exige compromiso real.
mar 26 noviembre 2024 10:09 AM
Equidad de género en el espacio de trabajo, un desafío pendiente para México
Equidad de género en el espacio de trabajo, un desafío pendiente para México

Aunque representan el 39.9% de la fuerza laboral, las mujeres aún enfrentan barreras laborales profundas para alcanzar condiciones equitativas en sus espacios de trabajo. La brecha salarial y la limitada presencia femenina en puestos de liderazgo son solo la punta del iceberg de un problema estructural que persiste.

En las empresas mexicanas, la inequidad no solo es evidente en los números, sino también en las dinámicas internas. Las oficinas corporativas, especialmente en grandes ciudades, suelen ser las primeras en implementar políticas de equidad, dejando relegadas a las plantas y sucursales en regiones menos urbanizadas.

“En las plantas y sucursales no hay ni siquiera una persona representante de recursos humanos, lo que incrementa la violencia laboral por el abandono en el que se encuentran”, señala Tania Naanous, de la organización Lentes Púrpura, especializada en políticas de género. Este vacío de atención no solo refuerza un ambiente hostil, sino que también evidencia las desigualdades que atraviesan a las empresas desde su interior.

El problema no es nuevo, pero las resistencias al cambio continúan siendo una barrera significativa. A menudo, los liderazgos de las empresas temen “abrir la caja de Pandora” que representan los temas de género. Según Naanous, incluso hay casos en los que las compañías piden cambiar el lenguaje de las capacitaciones para evitar palabras como “violencia”, porque consideran que admitir su existencia podría desatar problemas que no están dispuestas a enfrentar. Sin embargo, los especialistas insisten en que ignorar estos temas no los elimina; solo los normaliza.

A pesar de estos desafíos, las soluciones están al alcance. Organizaciones como Lentes Púrpura destacan que el primer paso para avanzar es realizar diagnósticos que permitan entender las barreras específicas de cada espacio laboral. “Muchas empresas buscan capacitaciones como una solución rápida, pero sin un análisis previo, es como tirar dardos a ciegas”, explica Naanous. Esta metodología permite diseñar estrategias efectivas y adaptadas a las realidades de cada empresa, desde oficinas corporativas hasta plantas industriales.

El camino hacia la equidad requiere más que buenas intenciones. Se necesitan diagnósticos certeros, políticas inclusivas, recursos asignados y un compromiso claro desde los liderazgos. A medida que más empresas adoptan estas prácticas, queda claro que la inclusión no solo es un imperativo ético, sino también una oportunidad para construir organizaciones más fuertes y competitivas. Sin embargo, para muchas, el cambio sigue siendo una asignatura pendiente.

La disparidad entre las oficinas corporativas y las plantas de operación es uno de los principales desafíos. En las grandes ciudades como Ciudad de México, los corporativos suelen estar mejor equipados para implementar políticas de prevención y atención. Sin embargo, las plantas y sucursales en zonas marginadas carecen de los recursos necesarios para abordar estas problemáticas.

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En palabras de Tania Naanous, de Lentes Púrpura, una organización especializada en la implementación de políticas con perspectiva de género, “en las plantas y sucursales no hay ni siquiera una persona representante de recursos humanos, lo que incrementa la violencia laboral por el abandono en el que se encuentran.

Generalmente, las políticas se enfocan primero en el corporativo, y las plantas quedan relegadas, perpetuando un ambiente laboral más hostil”. Esta desigualdad geográfica no solo afecta la calidad de vida de las trabajadoras, sino que también refuerza dinámicas de exclusión que son difíciles de erradicar.

Para enfrentar esta situación, Naanous insiste en que el primer paso debe ser un diagnóstico exhaustivo. “Lo primero que siempre recomendamos es hacer un diagnóstico. Muchas empresas buscan capacitaciones y talleres como primera acción, pero sin un análisis previo, es como tirar dardos a ciegas”, señala.

Este enfoque permite identificar los problemas específicos de cada organización, desde los prejuicios profundamente arraigados en el liderazgo hasta las dinámicas laborales que perpetúan desigualdades. Un diagnóstico detallado no solo ayuda a establecer prioridades, sino que también permite diseñar estrategias medibles y efectivas que respondan a las necesidades reales de la empresa.

Sin embargo, el camino hacia la equidad no está exento de obstáculos. Una de las barreras más persistentes es la resistencia al cambio, especialmente por parte de los líderes empresariales. Según Lentes Púrpura, esta resistencia tiene múltiples causas, desde prejuicios personales hasta una falta de comprensión del tema.

“Muchos líderes tienen prejuicios arraigados o simplemente no comprenden la importancia del tema. Incluso hemos encontrado casos donde las empresas nos piden cambiar los nombres de los talleres para evitar palabras como ‘violencia’, porque tienen miedo de abrir la caja de Pandora. Piensan que al hablar de estos temas, van a salir a la luz todos los problemas de acoso y hostigamiento, y prefieren evitarlo”, explican. Este miedo a enfrentar la realidad es un indicador del largo camino que aún queda por recorrer.

El liderazgo es clave para transformar la cultura organizacional. Si bien los líderes pueden ser una barrera, también tienen el potencial de convertirse en agentes de cambio. Para ello, es fundamental capacitarlos de manera continua y proporcionarles herramientas que les permitan implementar políticas de género de forma efectiva.

“El liderazgo es la clave para transformar la cultura organizacional. Si las personas en posiciones de poder no están alineadas con los valores de equidad, los cambios no serán sostenibles”, destaca. Sin embargo, subrayan que la capacitación debe ir acompañada de mecanismos de seguimiento que evalúen su impacto y permitan ajustes en las estrategias.

Medir el impacto de las políticas de inclusión es otro desafío significativo. Lentes Púrpura propone indicadores como el retorno de mujeres después de la maternidad, el uso de permisos de paternidad y la participación en dinámicas inclusivas dentro de la empresa. “La rotación laboral de mujeres tras la maternidad es un indicador crítico. Si no regresan, es una señal de que las políticas de conciliación no están funcionando.

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Por otro lado, medir cuántos hombres toman sus permisos de paternidad también es importante, porque refleja un cambio en las normas culturales”, explican. Además, enfatizan que un aumento en las denuncias puede ser un indicador positivo. “Puede sonar contradictorio, pero un incremento en las denuncias indica que las personas confían en los canales de atención. Esto es positivo porque significa que los problemas están saliendo a la luz y pueden ser abordados”.

Una propuesta innovadora para abordar conflictos de género en el ámbito laboral es la justicia restaurativa, un enfoque que busca reparar el daño causado y transformar las conductas de las personas agresoras. “La justicia restaurativa no significa impunidad. Se trata de trabajar con las personas, no desecharlas. Esto implica que la persona agresora reconozca el daño que ha causado, se comprometa a repararlo y tome medidas para no repetirlo”, explica.

Este modelo no solo beneficia a las víctimas, sino también a las empresas, al promover un ambiente laboral más saludable y sostenible. Sin embargo, la justicia restaurativa enfrenta barreras culturales significativas en México, un país donde la impunidad es prevalente y donde muchas víctimas desconfían de procesos que ofrecen segundas oportunidades a los agresores.

A pesar de estos retos, Lentes Púrpura ha logrado implementar justicia restaurativa en varios casos con resultados transformadores. “Hemos visto cambios profundos en personas que nunca imaginaron ser capaces de modificar sus conductas. Es un proceso que humaniza y genera un impacto positivo tanto en el ámbito laboral como en el personal”, señalan. Estos casos de éxito demuestran que, aunque el cambio no es fácil, es posible con el enfoque y las herramientas adecuadas.

Aunque a menudo se piensa que solo las grandes empresas tienen la capacidad de implementar políticas de equidad, Lentes Púrpura destaca el papel crucial de las pequeñas y medianas empresas. “Las pequeñas y medianas empresas tienen una ventaja que a menudo se pasa por alto: su tamaño les permite ser más ágiles y personalizadas en sus acciones. Hemos trabajado con pymes que, a pesar de tener recursos limitados, han logrado cambios significativos al implementar políticas claras y accesibles”, explican.

Para estas organizaciones, recomiendan acciones concretas como la creación de líneas de denuncia externas, la capacitación en perspectiva de género y la revisión de procesos de contratación para evitar sesgos.

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10 consejos para que tu espacio de trabajo sea más diverso e inclusivo

  1. Realiza un diagnóstico inicial: Evalúa las dinámicas laborales, identifica desigualdades y diseña un plan de acción basado en datos concretos.
  2. Capacita a los y las líderes: Asegúrate de que las personas en posiciones de poder comprendan la importancia de la equidad y sean promotores del cambio.
  3. Implementa políticas claras: Establece protocolos de prevención y atención accesibles para todos los empleados, y socialízalos en la organización.
  4. Fomenta la diversidad en las contrataciones: Busca activamente candidatos de diferentes géneros, etnias y orientaciones sexuales para enriquecer tu equipo.
  5. Crea líneas de denuncia externas: Garantiza un proceso confidencial y seguro para reportar casos de violencia o discriminación.
  6. Promueve la equidad salarial: Realiza auditorías regulares para asegurarte de que no existan brechas salariales injustificadas.
  7. Visibiliza fechas clave: Celebra eventos como el Día del Orgullo LGBTQ+ para promover la inclusión y el respeto en la organización.
  8. Proporciona permisos igualitarios: Asegúrate de que los permisos de maternidad y paternidad sean accesibles y fomenten una cultura de corresponsabilidad.
  9. Evalúa regularmente el impacto: Utiliza indicadores como la retención de talento femenino y el uso de permisos de paternidad para medir el avance.
  10. Fomenta una cultura de respeto: Integra la perspectiva de género en la capacitación continua y en las políticas de la empresa, asegurando que sean aplicables en todos los niveles jerárquicos.

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