Los claroscuros de la tecnología
María de la Luz Padua, secretaria general colegiada del Sindicato de Trabajadoras del Hogar, explica que entre las mujeres que se dedican al sector existe una brecha digital que les impide tener acceso a la tecnología necesaria para hacer un trámite, por ejemplo, porque no cuentan con el equipo adecuado para ello, como dispositivos móviles, o porque no tienen acceso a internet por falta de ingresos personales o una carencia de infraestructura en las comunidades donde viven.
También señala otros factores sociales que dificultan acceder a la tecnología, como la incompatibilidad en la configuración del idioma tanto de sus dispositivos electrónicos como de sus plataformas, pues en su mayoría están configuradas en español y muchas hablan lenguas indígenas.
Para Padua, además, es necesario buscar una regulación de las plataformas que están surgiendo para dar opciones laborales a las mujeres con el objetivo de que no repliquen un modelo de empleo abusivo, como ha sucedido con algunas denuncias de choferes o repartidores que trabajan con otras plataformas de economía colaborativa bajo un esquema de demanda y pago similar.
"Nosotras, como trabajadoras del hogar, tenemos la percepción de que sigue siendo una manera de tratar a las personas con fines de explotación pues, en la mayoría de las plataformas, no existe una persona que se haga responsable con cualquier cosa que le suceda a las trabajadoras", afirma.
Para que esta relación sea óptima y vele por los derechos de las trabajadoras del hogar, debería partir de parámetros que ya le exigen a la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) como que exista la firma de un contrato y acceso a prestaciones laborales como seguro social, vacaciones y aguinaldo, principalmente.
Violeta Contreras, analista en tecnología con perspectiva de género en Digital Policy Law, sostiene que en los últimos años la tecnología ha sido un vehículo para incluir a más mujeres en la economía formal. Y, a través de estos canales, pueden ofrecer sus servicios o incluso productos a un rango de personas más grande del que tendrían por publicidad de boca en boca.
Apunta que se tiene que trabajar en materia laboral para asegurar todo lo que las trabajadoras ya han conseguido y materializado, por ejemplo, con el primer programa piloto que echó a andar el IMSS desde 2019.
Asimismo, recomienda que las plataformas se ocupen en garantizar la seguridad de quienes prestan los servicios a través de mecanismos de protección que incluya información transparente de quién les contratan y también de cómo el algoritmo conecta a las personas dentro de la plataforma.
"La vigilancia debe venir también por parte de la Secretaría de Trabajo para que sea patente de que los derechos y obligaciones contempladas en un contrato sean respetados tanto por la plataforma como por quienes las contratan", afirma.