¿Qué es el techo de cemento?
Esta historia es el más claro ejemplo de un techo de cemento, fenómeno que traba las oportunidades de crecimiento de mujeres en el mercado laboral, y del que surge el más famoso síndrome de la impostora. La diferencia entre ambos términos se encuentra en que en el techo de cemento sí se materializa el rechazo al crecimiento laboral, mientras que en el segundo la persona que lo experimenta puede seguir subiendo en su carrera, pero mantendrá el estado de incertidumbre e inseguridad.
Argelia Carrera, profesora de tiempo completo de la Escuela de Ciencias Sociales del Tec de Monterrey Campus Querétaro, explica que el concepto de techo de cemento se introdujo en la vida académica en 2012, aunque su uso aún no es conocido de forma generalizada.
Éste se refiere a los límites que se autoimponen las mujeres dentro del campo laboral, lo que las orilla a rechazar ascensos o puestos de mayor responsabilidad. Un hecho, explica Carrera, que suele obstaculizar el éxito de las mujeres y su avance en el mercado laboral.
Sin embargo, apunta que estos límites no tienen que ver con falta de capacidades o conocimientos de las mujeres, sino con factores externos como la cultura que rodea a las mujeres.
“Los estereotipos de género las colocan en una posición de conflicto entre su desempeño, responsabilidad y liderazgo como profesional y su desempeño como mujer”, detalla.
Como una segunda razón, apunta que existe una cultura laboral empresarial que determina preferencias basadas en género que limitan promociones o contrataciones para las mujeres, pues ofrecen mejores oportunidades y redes a varones.
El concepto es menos conocido que otros como el de techo de cristal, porque se habla de más de las barreras externas que las mujeres tienen las mujeres para avanzar en su carrera profesional, explica Virginia García Beaudoux, especialista en comunicación política y liderazgo con perspectiva de género.