¿Por qué no todas las mujeres se ocupan de romper el techo de cristal para otras?
Blanya Correal, experta y estratega laboral, explica que el hecho de que las mujeres en posiciones de liderazgo no ayuden abiertamente a otras es un fenómeno relativamente común, pero que no siempre tiene que ver con una intención de perjudicarlas o de mostrarse indiferentes.
Las mujeres que llegan a esos sitios de poder, afirma, se ven acotados en comparación con sus pares hombres. "Además, arrastran dos elementos particulares: primero, que les tocó luchar y superar muchos obstáculos para llegar ahí y no les parece 'justo' que alguien más la alcance sin sufrir lo mismo; y segundo, que existe una sensación generalizada de que tienen que justificar todo el tiempo por qué ocupan ese lugar", dice Correal.
Para la también especialista en recursos humanos ese motivo influye en que muchas directivas se muestren renuentes a implementar medidas afirmativas como cuotas de género, pues "nadie quiere pensar que le regalaron un puesto solo por ser mujer".
Un tercer elemento que inhibe la extensión de apoyos a otras mujeres está relacionado con los escasos espacios disponibles para que ellas hagan networking. Por espacios se refiere a los mismos lugares para hacerlo o no contar con una red grande de contactos, hasta el hecho de que no tienen tiempo para nutrir vínculos fuera del trabajo si además cargan con la mayor parte de las responsabilidades en del hogar.
Arleth Leal, empresaria, headhunter de altos perfiles y consejera, explica que otro factor para que las mujeres no apoyen a quienes pueden seguir detrás de ellas es porque no existe en el mundo corporativo una idea generalizada de sororidad, como sí lo existe de camaradería.
"No tiene que ver con que ellas no lo quieran, sino que los hombres llevan mucho más tiempo trabajando y conociéndose entre sí", señala.
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