El salto de confianza del home office
Tanto para la ejecutiva de Alstom como para su equipo fue difícil, pero una vez que la dinámica comenzó a fluir y se registraron los primeros resultados, el trabajo remoto fue la vía ideal para continuar las labores.
“Nos enfrentamos a muchos retos, más porque trabajamos en una rama que fue considerada esencial y que, por lo tanto, no podíamos parar ni tampoco era posible que todos trabajaran de forma remota”, explica Ramos en entrevista.
La directiva asegura que nunca podrá decir que su equipo está preparado para todo, pero sí para reaccionar ante cualquier contratiempo debido a que se parte de la confianza en que se tienen unos a otros.
A diferencia de lo se pensaba antes de la pandemia, el trabajo remoto para la mayor parte de su equipo fue eficiente, pues pensaron en horarios flexibles y proveyeron a cada persona de las herramientas necesarias para hacerlo, como computadoras, sillas...
“No tenemos que vigilar a nadie, porque cada persona tiene un sentido de responsabilidad y, al mismo tiempo, se establecieron metas muy particulares a cumplir, siempre con la emergencia en mente”, dice.
En el caso de las personas que no pudieron trabajar a distancia, Raos y su equipo de liderazgo diseñaron una estrategia para reducir el tamaño de las cuadrillas que tenían que interactuar; escalonaron sus horarios de operación, asumiendo costos para evitar retrasos en sus entregas a licitaciones públicas y también para negociar con proveedores debido a los problemas que hubo hubo debido a la interrupción de distintas cadenas productivas.
Esas personas regresaron a operar en septiembre de 2020 en la oficina de Guadalajara, Jalisco, porque tenían el compromiso de inaugurar la Línea 3 del Metro. Lo lograron. Además, la licitación del Tren Maya los hizo salir a campo para poder documentar el proyecto de la mejor manera, y la ganaron con un contrato por 36,653 millones de pesos para fabricar 42 trenes para la obra que se desarrollará en el sureste mexicano.