El primer punto que Jañez destaca es que, para ser una buena líder, no importa la edad, pero sí es importante empezar lo antes posible. En su caso, considera que fue de gran ayuda haber iniciado su carrera profesional al mismo tiempo que estudiaba su licenciatura como abogada.
"Empezar joven te permite tener un camino más recorrido y una base más sólida por si más adelante quieres tener una familia o si buscas metas financieras más ambiciosas. Además, tu experiencia irá evolucionando conforme las tendencias del mercado lo hagan, no sólo con lo que te enseñen en la escuela", explica.
Su segundo consejo tiene que ver con la formación adicional o distinta que una mujer pueda tener para lograr un objetivo en particular.
"Yo soy abogada [...], pero mi carrera me colocó en un lugar donde llegar a ese puesto [de dirección] era una opción y, para hacerlo, tuve que estudiar saberes fuera del campo legal a un nivel profesional de especificidad técnica. Eso me ha dejado participar en distintos rubros sin que mi formación como abogada sea una limitación, porque supe que debía entender más cosas para que mi desarrollo fuera óptimo. Soy abogada y ya pasé por automotriz, por una empresa química y manufactura" cuenta.
Otra de sus recomendaciones es establecer límites claros entre los objetivos y los sacrificios que se está dispuesta a hacer para alcanzarlos.
"Estudié un MBA y otros diplomados, además de las lecturas y capacitaciones que he solicitado en mi carrera para fortalecer las áreas de oportunidad en mí como líder, pero sí es muy demandante. Se hacen sacrificios de tiempo, diversión, descanso, vacaciones... Y aunque eso fue para mí, y no quiere decir que todas se tengan que privar de diversiones o momentos de descanso, sí tienen que organizar sus prioridades y también pensar cuánto tiempo aguantarían sin tener el puesto que quieren o que les aprueben un nuevo proyecto o sin lanzar el emprendimiento que han soñado", sostiene.