“El problema no es que no haya mujeres, el problema es que no suben. 50% de la base laboral está conformada por mujeres, pero conforme suben los niveles se van quedando en el camino hasta quedarnos sólo con 8% de nuestra presencia en puestos de dirección”, apunta en entrevista con Expansión Mujeres.
Para Hardy, las mujeres están subrepresentadas, pero la independencia tampoco ha llegado a estos espacios, que fungen como los órganos máximos en la toma de decisiones y el diseño de estrategias para las empresas que estén listadas en la Bolsa.
De acuerdo con un estudio que realizó la organización en conjunto con el Ipade en 2020, sólo había 41 mujeres con asientos independientes (propietarios, no suplentes), lo que se traduce en 2.2% del total de consejeros, un porcentaje apenas mayor que el 1.5% que se reportó en 2018, en contraste con un universo de 85% de asientos ocupados por integrantes de la familia.
La experta lamenta que en México aún se encuentre en una fase de gobierno corporativo relativamente baja, pues de 10 consejeras sólo 1 es independiente. Es la proporción más baja que se registra en países de América Latina y el último lugar de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Yvette Mucharraz, directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección, del Ipade, explica que existen distintos tipos de participación en estos órganos de gobierno corporativo. En el caso de miembros del consejo patrimoniales (tienen accesiones) y relacionados (familia), la proporción de consejeras propietarias mujeres sólo es de 6.3% y de 1.9% como suplentes.