E: ¿Cómo prevenir o evitar que, debido a la tecnología y la automatización, las mujeres se vean más afectadas por el tipo de funciones que desempeñan en el mercado laboral?
SZ: En mi libro cité a un estudio realizado por el McKinsey Global Institute, el cual señala que hombres y mujeres experimentarán el futuro del trabajo de manera diferente, precisamente porque los puntos de partida son diferentes: la clase de trabajos que tienden a hacer, los puestos que ocupan y los salarios que reciben. En el análisis realizado, las mujeres parecen tener un riesgo ligeramente menor de perder sus puestos de trabajo debido a la automatización que los hombres, porque algunas actividades, y por tanto ocupaciones, son más automatizables que otras. Por ejemplo, las tareas físicas de rutina como limpiar y el trabajo organizacional que implica llevar una agenda son altamente automatizables, pero aquellas que requieren habilidades cognitivas, sociales y emocionales más complejas lo son menos. Los hombres tienen una alta representación en roles físicos de rutina, como operadores de máquinas y artesanos. En los países encuestados, casi 40% de los trabajos ocupados por hombres que podrían perderse debido a la automatización pertenecen a estas categorías. Las mujeres también tienen una alta representación en muchas ocupaciones con potencial de automatización sobre todo aquellos similares a asistentes y secretarías, pues aquí es donde se concentra más de la mitad de la pérdida de empleos femeninos.
En diez mercados estudiados, una media de 20% de las mujeres trabajadoras podrían perder su empleo en comparación con 21% de los hombres para 2030. El aumento de la demanda laboral podría implicar un 20% más de puestos de trabajo para las mujeres, en comparación con 19% para los hombres, asumiendo que se mantenga la proporción de su participación en ciertos sectores y con ciertas ocupaciones. También se crearán ocupaciones completamente nuevas, pero, al menos en Estados Unidos, alrededor de 60% de los nuevos empleos en ese país se han generado en campos dominados por hombres.
E: ¿Cuáles son las ventajas para mujeres que opten por trabajar por proyecto, en lugar de trabajos permanentes?
SZ: Si bien la flexibilidad es útil para trabajar con un enfoque menos estructurado, no diría que los proyectos se adaptan a las mujeres, pues en realidad esto significaría más tiempo para dedicarlos a los cuidados de la familia sin remuneración alguna.
E: ¿Cuál es la forma más eficiente de convencer a los líderes para que mejoren las condiciones laborales de las mujeres considerando los cambios generacionales?
SZ: Algo debe quedar claro: la forma habitual de manejar organizaciones ya no será eficaz. Muchas empresas ya están luchando en esta nueva guerra para atraer al talento y está ocurriendo en todo el mundo. Para llegar a un puerto más justo, las compañías deben estar atentas a las ideas de estas nuevas generaciones porque el riesgo es no sobrevivir en la arena competitiva.