Al simplificar el trámite, las afiliaciones son positivas
La prueba piloto, en su fase I, donde la trabajadora del hogar era la responsable de inscribirse, estuvo vigente de abril de 2019 al 20 de octubre de 2020. En la segunda ya le correspondía a quienes las empleaban.
Tras concluir la prueba piloto, se observó que la cuestión de género sigue siendo clave. Un dato importante que proporciona la senadora Patricia Mercado es que entre 96 y 98 por ciento de los trabajadores de jardinería y choferes son hombres. En el cuidado de personas y trabajo del hogar, 97 o 98 por ciento son mujeres.
Sólo 1% de este sector feminizado se registró, contra 16 o 18 por ciento de jardineros y conductores. “Es una diferencia enorme que obedece a una cuestión cultural, a la falta de reconocimiento del trabajo del hogar donde la gran mayoría son mujeres”, explica Mercado.
Hasta marzo de 2021 el IMSS
reportó
cerca de 27 mil 205 afiliaciones, un número positivo, aunque poco alentador si se toma en cuenta el grueso de las PTH.
La legisladora integrante de la Comisión del Trabajo y Previsión Social en el Senado ha dado seguimiento. “Los resultados son buenos en el sentido de que en el régimen obligatorio era tal el nivel de obstáculos, incluso del propio IMSS, que había muy pocas personas”. Aunque la senadora Mercado argumenta que incluso el IMSS se había negado a cooperar más en un inicio, bajo el argumento de que la mayoría eran mujeres jóvenes, por lo tanto se iban a embarazar y se le hacía imposible recibir a dos millones”, la institución calificó este plan como una forma de alcanzar la igualdad social.
En un
comunicado
de marzo de 2019, cuando comenzó el piloto para la afiliación de PTH, el entonces director general del IMSS, Germán Martínez, dio la bienvenida a la iniciativa. “En el IMSS nada de campanas al vuelo ni de festejos anticipados porque apenas se empieza a pagar una gigantesca deuda de discriminación, racismo y, en muchos casos, humillación con las personas trabajadoras del hogar”, dijo.
Ahora, el trámite para dar de alta a las PTH se ha simplificado y es más accesible, un incentivo para lograr mayor afiliación. “Ha sido difícil el avance porque por ahora 90 por ciento de cuota mensual de seguro social la paga la parte patronal y 10 por ciento la trabajadora. Entonces, no ha llegado a un nivel tripartita donde el Estado da su aportación. Si hablamos de que se necesita que alguien gane como mínimo 3 mil 200 pesos al mes para poder tener atención médica, no todos los empleadores quieren”, asegura la activista Ana Laura.
En el caso de Matilde, en años pasados sus empleadores le han dicho que, por lo difícil del trámite, prefieren subirle el sueldo. A algunas de sus compañeras les han puesto como condición para darles la seguridad social un descuento de su pago y por eso prefieren no reclamar. Pero si a los empleadores se les facilita el trámite, y hay mayor conciencia sobre esta gran deuda, todo irá en la dirección correcta.
Aún quedan pendientes con las trabajadoras del hogar
Para la integrante de Trabajadoras del Hogar Juntas en la Defensa de Todos Nuestros Derechos, Ana Laura Aquino, la deuda histórica de darles seguridad social se está pagando a plazos, ya que no termina de otorgar derechos plenamente. Aquino señala que el IMSS sólo asegura a las PTH los días que va a trabajar a las casas.
“Si va sólo dos días a la semana, los cinco restantes está desamparada”, explica. De ahí la sugerencia de que, si existen varias partes patronales, se pongan de acuerdo para cubrir la semana completa y se reparta el pago para cubrir todos los días.
La activista notó que la pandemia dejó a muchas trabajadoras del hogar sin empleo, lo que podría orillarlas, de nuevo, a la informalidad. “Yo tengo vacaciones, descanso los días festivos, tengo mi aguinaldo. Si yo dejara de trabajar con ellos, no volvería a aceptar un trabajo donde no me den seguridad social, es predicar con el ejemplo”, reconoce Aquino.
Además, Ana Laura Aquino advierte que para que esta ley sea operable, es imperativo tener revisiones y en esto coincide la senadora Patricia Mercado. “Algo que tenemos que regular en la Ley Federal de Trabajo es el tema de la inspección. Tenemos que pasar a esa etapa de cómo la inspección de trabajo puede ir a los hogares. Que así como le cae a las empresas, les caiga a las casas, pero eso aún se tiene que resolver”, añade la legisladora.
Para el Sinactraho, que ha logrado dos modalidades de contrato de trabajadoras del hogar (entrada por salida y planta) y avances en materia legal nacional e internacional, aún existen necesidades por cubrir. “Como país tenemos muchos años sin reconocimiento, muchos años de derechos olvidados y es algo que teníamos que hacer, lo hicimos y lo logramos”, dice Norma Palacios en referencia al sindicato.
Actualmente son cerca de mil 500 trabajadoras del hogar sindicalizadas, la mayoría en la Ciudad de México, pero también en el Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Chiapas, Hidalgo, Jalisco, Guerrero, la ciudad de Tijuana y, próximamente, en Oaxaca. Entre los beneficios que tienen está la posibilidad de un amparo jurídico, orientación, respaldo, información de modificación en las leyes y nuevos derechos a cambio deben dar “uno por ciento de su sueldo mensual” como cuota.
“Lo que buscamos es que esto impacte en la calidad de vida de todas las trabajadoras del hogar”, insiste Norma Palacios.
Otro pendiente es el derecho al ahorro para la vivienda (Infonavit), que aún no se incluye, y que haya mayor difusión por parte de la Procuraduría de Defensa del Trabajador, una campaña más masiva que amplifique el tema de la obligatoriedad.
“Es saber que tener una trabajadora del hogar cuesta, y ya no cuesta lo que humildemente puedas dar”, agrega Mercado.
Pero el Gobierno de México tendrá que dar resultados. Con el Convenio 189, cada dos años, está obligado a rendir informes ante la asamblea de la OIT.