“El Congreso de Michoacán fue un parteaguas porque ya hay más estados como Guanajuato, Nuevo León, Ciudad de México, que también están estudiando el tema”
Palmira Camargo
La directiva señala que, según la encuesta que hace Essity, 1 de cada 10 mujeres no asisten a las escuelas o al trabajo y ello abona a crear condiciones relacionadas con la falta de oportunidades, de equidad o un espacio para desarrollarse plenamente. Además de reducir el índice en la inscripción escolar de niñas, aumenta la morbilidad, las tasas de malnutrición, el ausentismo y el bajo rendimiento académico.
“Además del ausentismo, dos de tres mujeres se sienten incómodas en su periodo. Entonces, no estás a tus anchas para relacionarte”, dijo.
Asimismo, consignó que con la intención de construir más espacios a favor de la educación menstrual y/o secual, éste es un tema que tiene que platicarse en casa.
“Sólo dos de cada seis padres hablan menstruación con sus hijas. Y sólo cuatro de diez hablan de eso con sus hijos. Padres y madres tenemos la responsabilidad de normalizarlo en nuestros hogares y de criar niños y niñas sin estigmas ni tabúes porque es un tema fisiológico”, exhortó.
Por eso, una forma de combatir la pobreza es lograr alianzas desde el sector privado con organizaciones civiles. Por ejemplo, en 2019 Essity y UNICEF lanzaron el programa 'La higiene es nuestro derecho', que promueve el correcto lavado de manos y el manejo adecuado de la higiene menstrual, entre otros aspectos vinculados al comportamiento de estudiantes, personal docente y familias.