“Amo estar en mi casa con las comodidades que ello implica, pero después de un año de confinamiento sí es necesario pensar en otras dinámicas para trabajar mejor. Yo no soy madre y mi pareja también trabaja desde casa y, con tanto tiempo juntos, la verdad agradezco que pueda ir a la oficina y utilizar los espacios en los que puedo estar trabajando sola y tranquila", dice María Molina, empleada de una empresa de lácteos cuya empresa utiliza una de las 27 sedes que WeWork tiene en seis ciudades del país. En ese sentido, una encuesta realizada por WeWork en 2020 mostró que por lo menos 90% de socios encuestados asegura que sí espera regresar a las oficinas en un modelo híbrido.
Un año después de que la pandemia de COVID-19 irrumpió en México y obligó a una gran parte de personas a vivir y trabajar desde el confinamiento, WeWork piensa en acciones para apuntalar su modelo de negocios pese a las pérdidas, pero también que impulse los proyectos que nazcan y sean dirigidos por mujeres.
"Ante el impacto que tiene la pandemia en la vida laboral de las mujeres, habrá un retroceso de más de una década en cuestión de su participación en el mercado laboral" explica Liliana Méndez, directora de WeWork Ciudad de México.
De acuerdo con un informe presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), a partir de la pandemia, la tasa de participación laboral de las mujeres se situó en 46% en 2020, mientras que la de los hombres está en 69% (en 2019 alcanzaron un 52% y un 73.6%, respectivamente). Además, la tasa de desocupación de las mujeres llegó a 12% en 2020, porcentaje que se eleva al 22.2% si se asume la misma tasa de participación laboral de las mujeres de 2019. "En 2020 se registró una contundente salida de mujeres de la fuerza laboral, quienes, por tener que atender las demandas de cuidados en sus hogares, no retomaron la búsqueda de empleo", explica el
Informe Especial COVID-19 N⁰9: La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad
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